Pepe tiene 100 años e Ida 95. Se casaron en 1946 y desde entonces están juntos. El 16 de noviembre van a cumplir 73 años de matrimonio. Dicen que el secreto está en la paciencia y en aceptar los defectos del otro. Y en no perder el romance. Ayer, como cada año, él le regaló flores a su mujer para agasajarla.

Despacio. Pepe Llorente camina despacio. En su mano izquierda lleva un ramo de cinco rosas rojas, las preferidas de Ida. Con la mano derecha va apoyándose cada tanto en la pared, sobre todo en las curvas.

Ida está sentada en la sala de un televisor. Son cerca de las 10 de la mañana del viernes 20 de septiembre. Hasta hace un rato estaban conversando de “la vida anterior”, como dirán, pero ahora llegan las flores a domicilio y Pepe se para a buscarlas. Se las entrega a Ida y le dice: “Muchas felicidades, muchas felicidades”. Se ríe con un poco de vergüenza, como si estuviera acostumbrado a dar los regalos en privado. Ida mira las flores, sonríe, las huele. ¿Qué es esto?, pregunta. Un regalo, dice su esposo, y le cuenta que se enteró que es el Día de los Novios.

¿Por qué se celebra el Día de los novios en la Argentina? Sencillo: porque es un día antes de la llegada de la primavera. Pero eso es lo de menos. La cuestión es que Pepe Llorente, de 100 años, sorprende a Ida Llorente de Llorente, de 95, y se dan un beso como el de la primera vez: en la mejilla, pudoroso.

La historia la cuentan ellos mismos. Sus abuelos eran primos segundos, por eso comparten apellido, y por eso se conocen desde la infancia. Pepe -José Antonio Llorente- nació en 1919. Ida -Ida María Llorente de Llorente- en 1924. De chicos compartían grupo de amigos, pero los cinco años de diferencia los mantenían separados.

Recién en 1945 se pusieron de novios. Un año después, el 16 de noviembre de 1946, se casaron. En noviembre de este año el matrimonio cumple 73 años de matrimonio. Nunca se separaron.

“Desde siempre salíamos juntos, éramos del mismo grupo, pero él no me llevaba el apunte”, cuenta Ida. “Me gustaba, pero no estaba decidido. Es que había otras chicas”, replica Pepe. Y aclara: “Pero ella también salía, eh”. Ida se ríe: “Yo también salía por ahí, sí. Pero me gustaba él. Y ya ves: persevera y triunfarás”, dice.

La luna de miel fue en Bariloche. Fueron en un tren “muy lindo y muy cómodo que había en esa época”. Pronto tuvieron hijos. En 1950, se fueron a vivir al campo. Se fueron con tres hijos, volvieron a los diez años con nueve. Después, tuvieron cuatro hijos más. Trece en total. Los cuatro mayores fallecieron. El retrato de cada uno de ellos (tres hombres y una mujer), está en la sala de reuniones de la casa acompañados de una virgen. Pepe mira las fotos con amor y tristeza y dice sus nombres: Fátima, José Antonio, Agustín y Miguel.

Ida pregunta por qué Infobae está en su casa. “Nos enteramos de su historia de amor y quisimos contarla”, le explicamos. “Qué pavada”, dice divertida, y completa: “La verdad es que lo quiero como el primer día”. Tiene las rosas sobre sus piernas. Cada tanto las mira.

Pepe se acerca y le explica qué es Infobae. Tiene una lucidez asombrosa. “Cuando cumplí 100 en el festejo le dije a mi familia que llegué así a base de desayunar con agua solo. Tomar mate al mediodía. Y tener mucha paciencia, optimismo y alegría”, cuenta.

-¿Cómo fue la primera salida de novios?

Pepe: Yo le avisé a un íntimo de los dos que esa noche me le iba a declarar a Ida. En esa época se decía declarar, no sé cómo se llamará eso ahora… Me acuerdo que en ese momento estaba el abuelo de ella muy enfermo. Murió a los 95 años, era grande ya, más en esa época. Y habíamos programado ir al cine, pero ella no quería porque le daba no sé qué por el abuelo. Entonces intervino mi amigo y le dijo que le convenía ir. Y así fue, y después salimos a bailar, y ahí me declaré.

-Eso fue hace 73 o 74 años…

Ida: En 1945. Y desde entonces seguimos juntitos y enamorados. Nunca nos separamos.

-¿Podían imaginar que iban a pasar toda una vida juntos?

Pepe: Sabíamos que podíamos tener una vida muy combinada porque teníamos las mismas aficiones y habíamos vivido muchas cosas juntos. Era una cosa bastante segura el matrimonio.

-¿Cómo era ser novios en esa época?

Ida: Cuando nos visitábamos siempre estábamos con alguien de la familia. No podíamos salir solos. Había que salir con chaperón.

-Al ponerse de novios, ¿era habitual besarse el primer día?

Pepe: Sí. Pero no en la boca. Eso venía después, un poco después. Además, el noviazgo era un poco particular porque yo de mañana trabajaba y a la tardecita iba a la casa de Ida a visitarla un rato. Y siempre había uno de los hermanos de Ida que intervenía y se ponía entre nosotros. En conclusión, estaba cinco minutos con ella sola, el resto lo hacía acompañado de sus hermanos. Así que había que apurarse a casarse.

-Ida, ¿Pepe es una persona romántica?

Ida: Sí. Aunque ahora no tanto.

-Hoy le regaló flores…

Ida: Sí. Todos los años me trae. Yo no entiendo lo matrimonios que se pelean. Nosotros nunca nos peleamos.

Pepe: Como estamos los dos un poco sorditos, a veces estamos acá y nos hablamos a los gritos, y parece que nos estamos peleando, pero no.

-¿Hay algún secreto que tengan para que su matrimonio esté tan firme?

Pepe: Es cuestión de aguantarse. De soportarse las pequeñas diferencias que hay. Y mucha fe y paciencia. Y mucho amor, por supuesto.

Ida: Que se perdonen los errores. Que sepan aceptar los defectos del otro.

Pepe: Y tener un proyecto común. Saber a dónde se va en la vida.

-¿Todavía disfrutan de pasar tiempo juntos?

Ida: Ahora mismo cuando él no está acá yo estoy deseando que vuelva. No me gusta cuando no está. Y ahora como no va al escritorio está todo el día en casa, y a mí me encanta.

-¿Qué hacen durante el día?

Pepe: Conversamos. Hacemos comentarios de cosas viejas, de la vida anterior. Y rezamos. Y vienen mucho los nietos y nos acompañan. Todos los días viene algún nieto o algún hijo. Comienzan a llegar y nunca sabemos cuántos vamos a ser en el comedor. Muy pocas veces comemos solos.

-¿Cuántos nietos tienen?

Pepe: Tenemos 41 y nietos y 40 bisnietos, con uno más en camino.

-¿Se acuerda todos los nombres? Es imposible….

Pepe: Sí, yo me acuerdo porque yo además tengo una libretita y de vez en cuando los repaso.

Ida: Yo necesito apuntarlos.

-¿Siguen enamorados?

Ida: Sigo queriéndolo igual que antes. Siempre.

-¿Usted, Pepe? ¿Sigue queriéndola igual que antes?

Pepe: Yo diría que más. Es distinto el cariño. Uno reconoce más ahora las cualidades que ha tenido el otro. Hoy no sé qué pasa, pero es todo muy veloz, están todos muy acelerados, muy materialistas. Antes no era así.

-¿Creen en el amor para toda la vida? Hoy ya no es tan normal.

Pepe: Bueno, claro… el amor para toda la vida es el único amor que hemos conocido.

Fotos y video: Gastón Taylor

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fuente. infobae

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