El padre Carlos Alberto Sánchez de la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Merced, definió a la Cuaresma y recordó las prácticas que deben realizar los fieles. El mensaje del Papa Francisco.

En el inicio de la Cuaresma, con el denominado “Miércoles de Ceniza”, el padre Carlos Alberto Sánchez, sostuvo que “la Cuaresma es el espacio de 40 días de preparación para celebrar la fiesta más importante de los cristianos que es la Pascua de Jesús”.
Agregó que “es un tiempo de mayor encuentro con Dios y su Misericordia, un tiempo de reflexión y escucha de la Palabra de Dios para descubrir lo que Dios quiere y vivir una profunda conversión de vida”.
El prelado subrayó en ese sentido que “es un tiempo de abrirse al hermano y brindar el servicio de caridad con el que más nos necesita”.
También recordó que la misa de “Miércoles de Ceniza” en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Merced, se realizará en los horarios de 7.15, 18.30 y 20.

Prácticas cuaresmales
El padre Sánchez también se refirió a las prácticas cuaresmales para una mejor preparación para la Pascua, al señalar las siguientes como claves:
– Oración: lectura orante de la Palabra de Dios, celebración de los sacramentos de la Reconciliación o Confesión y la Comunión, rezo del Via Crucis, para un mayor encuentro con el Señor.
– Ayuno y abstinencia: sacrificios personales para el dominio de si mismo y para experimentar lo mismo que los hermanos que no tienen lo necesario para vivir y eso nos lleva a la Caridad.
– Limosna: entrega de tiempo, esfuerzo, talentos, para dignificar al hermano que vive inhumanamente y con carencias de lo necesario.

El mensaje de Francisco
El religioso destacó el mensaje del Papa Francisco, al recordar algunos fragmentos en los cuales el Santo Padre llama a la conversión: “la Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar”.

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