La creciente inseguridad que soportan a diario los vecinos de Yerba Buena, pasó de ser una promesa electoral con expectativas a un olvido que lastima, día a día, la tranquilidad que debiera existir en una ciudad pujante como la de Yerba Buena. Las quejas se orientan hacia el intendente Mariano Campero, quien prometió atender ese flagelo en su campaña proselitista. La situación de Tafí Viejo y la contracara de Banda del Río Salí.

No la tiene a todas consigo. El intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, sigue en caída libre en cuanto a su imagen debido al sistemático incumplimiento de sus promesas electorales. En estos días, los vecinos de la “Ciudad Jardín” organizaron marchas en reclamo de seguridad, curiosamente uno de los ejes de la campaña que depositó a “Camperito” en la sede del Ejecutivo municipal yerbabuenense.
La bronca vecinal se descargó en distintos puntos de esa ciudad, pero tuvo su epicentro en la comisaría de El Corte, en donde se dio la mayor concentración y en donde las pancartas aludían directamente a la responsabilidad de Campero y al incumplimiento de sus promesas de campaña, en las que sostenía que se iba a terminar con la inseguridad reinante durante la gestión de su antecesor, Daniel Toledo.
Esas promesas generaron expectativa y alimentaron las urnas que consagraron al actual intendente, pero ahora se transformaron en un boomerang que mella, sin principio de solución, su alicaída imagen ante los vecinos.
El enojo de los vecinos se potencia porque ni siquiera demuestra el intendente, en sus acciones, un manifiesto interés por solucionar el problema.
Un ejemplo de ello es que, por iniciativa del Concejo Deliberante, se sancionó una ordenanza por la cual se crea la Secretaría de Seguridad en el ámbito municipal, a fin de tratar específicamente el problema de la inseguridad, pero hasta el momento “Camperito” no le dio cumplimiento ni mucho menos la puso en práctica.
El cuadro se complejiza aún más teniendo en cuenta que, en una reciente medición que abarcó la ciudad de Yerba Buena como parte del Gran San Miguel de Tucumán, el problema número uno para los consultados es la inseguridad, a la que sigue de cerca la inflación. Ni siquiera de ello tomó nota el actual intendente de la “Ciudad Jardín”, a fin de aplicar las políticas adecuadas para neutralizar aquello que le preocupa a los vecinos y que resulta prioritario neutralizar.
Las expresiones que tuvo, ya con la marcha encima, no lograron calmar los ánimos, al punto que la movilización se realizó como estaba prevista.

Tafí Viejo en llamas
Otro de los municipios en donde los vecinos están más que enojados por la gran cantidad de delitos, en especial cometidos por motoarrebatadores y asaltantes, es el de Tafí Viejo.
Quienes se quejaron airadamente por la repetición de este tipo de situaciones fueron los habitantes del megaemprendimiento habitacional Lomas de Tafí, luego de que unos delincuentes balearan a un joven que trató de ayudar a una mujer a la que querían robarle la moto. Si bien la herida que recibió el muchacho no es de gravedad (tiene orificio de entrada y de salida en la pantorrilla), su vida estuvo en verdadero riesgo porque el hecho podría haber culminado fatalmente.
El intendente Javier Noguera hace varias semanas que se reúne con vecinos tratando las diversas problemáticas y conoce perfectamente que el reclamo de seguridad es uno de los más importantes.
Lo preocupante es que el intendente cuenta con vigías municipales, que circulan en vehículos pintados de manera diferenciada y que son apoyo de la policía provincial, pero que no han dado los resultados que se esperaban.
En Lomas de Tafí los vecinos consideran que se trata de “una zona liberada”, y se afligen por el cercano inicio de las clases, lo que pone en peligro a los niños y jóvenes que tienen que trasladarse a los establecimientos educativos a hora temprana.
En reclamo, cortaron con una ruidosa protesta, la arteria principal del megaemprendimiento habitacional. Las autoridades policiales tomaron nota, pero no dan abasto con los múltiples hechos que se presentan a diario. Los robos y arrebatos suceden a toda hora y eso es lo que complica la sensación de inseguridad y desamparo en la que se encuentran los vecinos.

La contracara de los “vigías” se da en Banda del Río Salí
La idea de los “vigías ciudadanos” se plasmó con éxito en la ciudad de Banda del Río Salí, en donde el intendente Darío Monteros, se tomó en serio la cuestión. Al punto que los integrantes de este cuerpo municipal de seguridad, fueron entrenados por especialistas de la Policía de Tucumán. La instrucción de estos agentes consistió en un duro entrenamiento, tanto en lo físico como en los protocolos de seguridad que debían seguir para realizar una adecuada prestación de este servicio en apoyo de las fuerzas policiales.

vigias BRS

Para ello, el intendente Monteros también proporcionó todos los elementos de movilidad y tecnología de comunicación, a fin de que las acciones fueran coordinadas. No tardó mucho la cuidada preparación en dar sus frutos, porque los vigías bandeños ya realizaron hasta detenciones y se transformaron en un factor que disuade a los delincuentes. Su presencia es notoria en distintos puntos de la populosa ciudad y los vecinos demuestran confianza en su accionar. Todo un logro.

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