Hubo violentos enfrentamientos en Neuquén durante una sesión del Concejo Deliberante.

Un fiscal de Neuquén aseguró que tener en la mano una piedra e incluso arrojarla no constituye delito si no se comprueba que provocó daño. El fiscal de Neuquén, Pablo Vignaroli, hizo estas consideraciones ante la prensa provincial al ser consultado sobre por qué no se procesa a las personas que protagonizaron violentos altercados el pasado 11 de octubre en los alrededores del Concejo Deliberante de Neuquén.

Violentos: Una piedra en el zapato

Muchas de ellas estaba con los rostros descubiertos, según se observa en las fotografías y videos tomados durante la jornada de protesta. “Tener una piedra en la mano no es un delito”, indicó el fiscal Vignaroli quien lleva la causa por los desórdenes del jueves.

En el recinto, los legisladores discutían un proyecto para subir los aportes de los trabajadores del 14% al 17%, y las contribuciones patronales del 15% al 19%. Afuera del edificio militantes del Sindicato de Trabajadores Municipales de Neuquén (Sitramune) se manifestaban en contra con pancartas, cánticos pero también con agresiones a la policía de Neuquén que custodiaba la sesión.

La ordenanza finalmente fue aprobada. En la calle Dr. Luis Federico Leloir la protesta alcanzó un alto grado de violencia.

30 heridos con balas de goma

El saldo de los altercados dejó unas 30 personas heridas con balas de goma, según la versión del gremio. También hubo cuatro damnificados entre los efectivos. Al menos uno de los cascos terminó quebrado por los numerosos piedrazos.

“Es la ley que tenemos. Si usted tiene un palo en la mano y no me dice y ni hace nada, no hay ningún delito”, señaló el fiscal. “Ni siquiera en ese contexto que se da, porque no podemos saber si con esa piedra causó algún daño”, agregó, dando por sobreentendido que tampoco representa una acción delictiva lanzar la piedra si el impacto no tiene consecuencias.

“(Los manifestantes) desplegaron hechos de violencia de distinta magnitud, arrojaron huevos, violentaron las vallas establecidas en el lugar y tiraron elementos contundentes contra el personal policial provocando incluso la rotura del visor de un casco de protección”, indicó la Policía de Neuquén en un comunicado.

“(Quieren) meterle la mano en los bolsillos a los trabajadores”, señaló el secretario general de Sitramune, Santiago Baudino.

Fuertes críticas hacia el fiscal

La polémica no se hizo esperar. El intendente de la ciudad, Horacio “Pechi” Quiroga, cruzó al fiscal. “(A la Justicia) les cuesta aceptar como pruebas cosas que son poco evidentes (…) Que casualidad que tenían piedras para hacer patito en el Limay y las consecuencias fueron vidrios rotos y policías heridos”, señaló a LU5 con ironía.

“Para el fiscal de Neuquén Vignarolli, tirar piedras no es delito si no se puede comprobar sus efectos. Por eso, el señor obeso de la foto podría simplemente estar practicando lanzamiento de bala influenciado por el espíritu de los JJOO de la Juventud. Y eso no daña a nadie”, escribió en su Twitter Francisco Sánchez, concejal de Cambiemos. Junto a su mensaje subió una fotografía en la que se observa a un hombre en pleno acto de arrojar un elemento.

“Se necesita un fin de semana largo para pensar y entender los razonamientos del fiscal Vignaroli. Buen finde!!!”, indicó por su cuenta el secretario de Gobierno del Municipio, Marcelo Bermúdez.

Una sesión difícil de llevar

Durante la sesión hubo varios pedidos de suspensión debido a lo que ocurría en el exterior. El proyecto fue aprobado con 11 votos de favor. Siete de Cambiemos y cuatro del partido provincial MPN. Tuvo siete votos negativos.

En el resto del mundo no es considerado un hecho sin trascendencia. Todo lo contrario. En 2012 en España se promulgó una ley, en el marco de la reforma del Código Penal, que establece que lanzar piedras en una manifestación puede implicar penas de hasta seis años de prisión. En 2015 el Parlamento israelí endureció el castigo a quienes tiren piedras contra las fuerzas de seguridad o civiles. Lo responsables puede recibir condenas de hasta con 20 años de prisión.

fuente: clarín

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