No sabía que le quedaban 99 días de vida, pero el 22 de abril de 2014, Julio Grondona intuía que estaba ante una de sus últimas voluntades. El torneo de 30 equipos, una idea que nació en la cabeza de un periodista -cuyo nombre siempre estuvo bajo cuatro llaves- afín al hombre fuerte de la AFA. En la búsqueda de un campeonato más federal, en definitiva un guiño para el populismo del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el Jefe de Viamonte impuso un formato inédito, único en el mundo. Y a excepción de Armando Pérez -hoy titular de la Comisión Normalizadora-, todos los dirigentes alzaron la mano para su aprobación. Porque nadie le decía “no” al mandamás de la pelota en Argentina. Y de golpe y porrazo, la Primera División se transformó en un certamen tan multitudinario como poco competitivo y rentable.

Pasaron dos años y medio y el Frankestein que pergeñó Grondona es un monstruo al que ya nadie le tiene miedo. Los comisionados de la FIFA que llegaron con el objetivo de aggiornar el estatuto de la AFA hicieron una sugerencia que sonó como una orden: es inaceptable un campeonato de 30 equipos, el más numeroso de la región, sólo a la altura de la Segunda División de Ghana, que reúne a 50 clubes, y a la Premier League “B” de Egipto, compuesta por ¡83 participantes!

Bajo esta coyuntura, y de acuerdo a los cambios que se implementarán en la AFA a raíz de la reforma estatutaria, los dirigentes tomaron la decisión de volver al viejo campeonato. Sí, los mismos hombres de saco y corbata que aplicaron el “sijulismo” aquel martes otoñal de 2014, coinciden en matar a la criatura, huérfana desde la muerte de Grondona, el 30 de julio de ese año.

“¿Sabés qué pasa? ¿Cómo hacemos para vender Rafaela-Temperley? ¿Quién lo va a comprar?”, le dijo a Clarín un directivo que está en la cocina de Viamonte. Con 15 partidos por fin de semana, muchos pierden atractivo y no son redituables para las pantallas. A fin de cuentas, detrás del desguace del torneo actual, está el interés comercial. Desde las empresas que mostraron interés en la televisación del fútbol argentino, ya deslizaron que no invertirán en un campeonato atiborrado de equipos. Sin ir más lejos, ayer Fernando Marín, coordinador del Fútbol Para Todos, avisó públicamente que llegó una oferta de Turner. “Es superior a lo que paga el Gobierno”, aseguró el dirigente más cercano a al Presidente, Mauricio Macri. Los clubes pretenden una cifra cercana a los 3 mil millones de pesos.

Por eso mismo, y porque la porción de la torta será más abundante entre menos comensales, en Primera ya prevalece la propuesta de los descensos masivos para llegar a 2020 -casi como si se tratara de un número antojadizo- a un torneo de 20 equipos. Con cuatro bajas y dos ascensos regulados para la temporada 2016/2017, la 2017/2018 arrancará con 28 participantes. A partir de ese torneo, habrá 6 descensos y 2 ascensos. Entonces, 2018/2019 empezará con 24 clubes en la máxima categoría. Y a partir de la temporada 2019/2020, serán 20 los clubes de la elite. La decisión está tomada y se deslizó en el hotel Sheraton, donde se llevaron a cabo las reuniones por el cambio de estatuto.

Hay un detalle que no es menor. Los benditos promedios, una creación de Raúl Colombo, quien presidía la AFA en 1961 y rescató Grondona dos décadas después, con el mismo objetivo que su antecesor: beneficiar a los clubes grandes, seguirán. River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo no quieren saber nada con la eliminación de este complejo sistema sólo aplicado en la Argentina. Hoy por hoy, el Big Five del fútbol nacional está ubicado entre los siete primeros lugares de la tabla del descenso. Y no lo piensan desaprovechar.

Fuente: Clarín

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