Vamos Viendo 11: Marcos Bauzá y el amor naciendo en la compleja cotidianeidad de un maxikiosco

Vamos Viendo 11 | El broche de oro. La undécima edición del ciclo poético “Vamos Viendo, Poesía porque Sí”, cierra con un poema de su propio creador, Marcos Bauzá ó Marx como lo conocen muchos. Los invitamos a seguir las alternativas de las próximas convocatorias.

Quiero poner un maxikiosco con tu nombre

Quiero poner un maxikiosco con tu nombre
y que los niños vayan a comprar golosinas
con la plata que les dio su abuela.
Quiero que los pibes compren birras
y papas fritas
y se junten con un pequeño puñado de amigos
a escuchar una lista
de reproducción
con su música preferida en YouTube.
Quiero vender paquetes de galletitas amor
a esa piba enamorada de la vida
que piensa
que esta vez es para siempre.
Quiero verte sonreír
cada día
cuando pasés con la excusa
de comprarte chocolates
Quiero recibir los billetes
que acariciaste con tus manos
e intercambiarlos por Coca Cola y alfajores.
Quiero cargarte la Tarjeta Ciudadana
y que des vueltas
por la ciudad
en el 19,
con el aire acondicionado encendido
mientras leés una novela breve
y mirás absorto
la belleza del paisaje
por la ventanilla.
Quiero decirte: sí tengo,
cada vez que pidás fuego
para encender
uno a uno
todos los días de tu vida
y exhalar el humo
que se expande
lentamente
por el aire
mientras pensás en mí.
Marcos Bauzá

 

El autor en primera persona

Soy Marcos Bauzá, vivo en las afueras de Las Talitas (Tucumán). Mis amigos me dicen Marx. Tengo 39 años y alterno entre el mundo del arte contemporáneo y la poesía.
Me gusta el verde turquesa como el de los crayones, el Campari con jugo de naranja y el helado de chocolate amargo, maracuyá y quinotos al whisky.
La poesía vive en mí. Se manifiesta a través de diversas formas, voces y texturas. Es en el cotidiano donde cada una de esas voces se desliza para expresar una búsqueda.
Mi experiencia personal muestra matices donde el eros y el tánatos se cruzan a través del lenguaje de lo inefable. Es una forma de sublimar la experiencia humana.
Escribir poesía es arrojar molotovs en tiempos de crisis. Escribir poesía es una forma de resistencia ante lo establecido. No siempre hay amor o tristeza.
En mi poesía también convoco a la ironía y la comedia, porque reír es necesario para huir de la violencia del mundo. Somos el río, dirían Borges o Heráclito. Yo río. Yo lluevo. Yo me evaporo.

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