Una multitud renovó su devoción a la Virgen de la Merced

Como cada 24 de septiembre, miles de fieles marianos se congregaron para festejar junto a Nuestra Señora de la Merced su día. Un mensaje para la educación de los hijos y la unidad en tiempos difíciles.

Con el lema “Con María, caminemos juntos por la vida”, el sábado 15 de septiembre la comunidad tucumana comenzó los preparativos para la fiesta con la peregrinación de las comunidades del decanato 3 a la basílica Nuestra Señora de la Merced y un Concierto Catedralicio de Johann Sebastian Bach, que estuvo a cargo de la Camerata Lazarte.

Los festejos del día de Nuestra Señora de la Merced, el lunes 24 de septiembre, comenzaron a la medianoche con el Homenaje de los Gauchos. Hubo misas a las 6, a las 7, a las 8, a las 9 y a las 11.

A las 12 se realizó el traslado de la Virgen hasta el colegio de las Hermanas Esclavas. A las 17 tuvo lugar el acto y la procesión en la Plaza General Belgrano.

A las 19 se celebró la misa central con imposición del Palio Arzobispal a nuestro Monseñor Carlos Sánchez de manos del Cardenal Luis Villalba, es el último signo de su investidura como pastor.

 El palio arzobispal es una banda de lana blanca en forma de collarín, que tiene dos extremidades, una baja por el pecho y la otra por la espalda. Está adornada con seis cruces de seda negra. Esta prenda eclesiástica es impuesta por el Papa sobre los obispos y arzobispos para destacarlos como legítimos sucesores de los apóstoles y jefes de sus diócesis. Su entrega se realiza en una solemne ceremonia y representa una gran responsabilidad y compromiso del pastor para con su rebaño. Los pastores deben llevarla como si fuera un escapulario.

Los palios están hechos por las monjas benedictinas del monasterio romano de Santa Cecilia. Lo hacen con la lana de dos corderos blancos que se bendicen todos los años cada el 21 de enero en la iglesia de Santa Inés, después de la misa. Luego son bendecidos otra vez en el Vaticano antes de ser entregados a las religiosas para que confeccionen las prendas. Después se guardan sobre la urna donde están las reliquias del cuerpo del apóstol San Pedro, hasta el día 29 que es cuando se imponen.

Cada elemento tiene su significado: la lana representa la aspereza de la reprensión a los “rebeldes”. El color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. La forma circular sobre los hombros es el temor a Dios. Tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda, que significan los valores que debe tener el obispo: vida, ciencia, doctrina y poder. Se relacionan también con las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo.

En la parte anterior se representa la justicia: el prelado debe velar para dar a cada cual lo suyo. En la parte posterior, la prudencia: el prelado debe cuidarse de dudas y pensamientos nocivos. A la izquierda, el coraje, y a la derecha, la templanza. Jurídicamente el palio arzobispal es el símbolo de la potestad que tienen los arzobispos en su provincia eclesiástica y los lazos de comunión con el Romano Pontífice.

Con un mensaje claro a favor de la vida e instando a las familias a ser la primera escuela para las nuevas generaciones el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, cerró el lunes su homilía en homenaje a la Virgen de la Merced.

El prelado pronunció sus palabras desde la Iglesia Catedral y frente a una multitud que se congregó en la plaza Independencia, luego de la tradicional procesión en honor a la patrona de Tucumán. Bajo el lema “Con María, caminemos juntos por la vida“, Sánchez se refirió a la delicada situación social de la Argentina, y pidió unidad y solidaridad a los ciudadanos para sortear la coyuntura, al momento que lanzó algunos consejos para afrontar la difícil situación

“Como familia que busca acrecentar los vínculos y se compromete con el otro, según el proyecto de Dios“.

“Como sociedad, renovando constantemente los valores fundacionales de nuestro querido Tucumán y animando desde aquí a nuestra querida Argentina a vivir de una manera distinta y en paz“.

“Como Patria, que tiene una Misión de construir una Nación en justicia y solidaridad“.

 “Escuchándonos, respetándonos, perdonándonos, valorándonos“.

“Con sacrificio y entrega generosa; con valentía y claridad de convicciones; levantando la cabeza para descubrirnos hermanos y ayudarnos solidariamente y comprometernos con el que está en peor situación que nosotros para aliviarle el sufrimiento“.

 El religioso remarcó su mensaje a favor de la vida “Vale toda Vida, en todas las etapas y circunstancias de la vida humana”, dijo. Y pidió “por la vida que se gesta en el seno materno y la que nace y crece en nuestros hogares, la de nuestros ancianos y enfermos, de nuestros niños adolescentes y jóvenes. La de los más vulnerables y descartados; para que, con María caminemos juntos para que esas vidas sean respetadas, custodiada y dignificadas”.

Sánchez no le esquivó el bulto a la creciente polémica y presiones nacionales para que nuestra provincia de adhiera a la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). En referencia el Arzobispo resaltó la función de los padres como principales formadores “Que en nuestros hogares nos detengamos a dialogar, a valorarnos. A que los padres se hagan responsables de la educación en valores humanos, trascendentes y cristianos de sus hijos; no permitiendo resignar la patria potestad, sino, con la ayuda de los docentes y en diálogo permanente y responsable respetar siempre la dignidad de los niños, adolescentes y jóvenes en un marco de libertad y racionalidad”, planteó Sánchez.

“Que todos y cada uno desde su lugar y responsabilidad en la sociedad: las autoridades, los maestros, los profesionales, los empleados y obreros, los obispos, los curas y consagrados, los laicos y todos los hombres de buena voluntad nos juguemos la vida, por la libertad, una libertad que nos dignifica, una libertad responsable; comprometamos por el bien común, construyendo una fraternidad cada día más necesaria en Tucumán y Argentina”, finalizó el líder religioso.

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