jueza

La magistrada kirchnerista que debió cesar sus funciones por haber cumplido 75 años ya no volvió a su despacho y ya trámites su jubilación. Nuevo organigrama en el tribunal e incógnita sobre cuándo salen los fallos que involucran a la Vicepresidenta por corrupción y enriquecimiento ilícito.

 

Fue demasiado desgaste”, admitió ante Infobae un integrante de la Cámara Federal de Casación Penal después de que terminó la tensión que se abrió hace un mes, con el cumpleaños 75 de Ana María Figueroa. La presidenta del tribunal quería quedarse en su cargo cinco años más, pero que no consiguió que el kirchnerismo, que le había prometido su apoyo, tratara a tiempo el pliego para validarla.

 

Sin volver a su despacho y sin hablar con varios de sus colegas, Figueroa se siente una víctima, comentaban en los tribunales. A partir de ahora empezará los trámites para su jubilación por los 12 años que trabajó en el Poder Judicial (llegó en 2011) más los aportes de su carrera previa como abogada. “Se fue dolida”, contaron en el primer piso de los tribunales de Retiro. Los que más lamentaron su salida eran los policías a los que saludaba a diario.

En Casación quedó una sensación de agotamiento. Nadie terminó conforme con la manera en que resultaron las cosas. Se tensó demasiado. Figueroa se había convertido en un jarrón chino que nadie sabía donde poner pero tampoco nadie se animaba a sacar. Uno de los magistrados terminó este jueves yendo a una clínica por un pinzamiento que no lo dejó dormir. Fue la Corte Suprema la que terminó resolviéndoles el callejón en el que quedaron atrapados. “Ana creyó demasiado en que iban a tratar el tema en el Senado. El tiempo pasaba y quería seguir estirando. Pero el malestar interno fue porque ella había dicho una cosa y después hizo otra”, señalaban con el capítulo cerrado.

Algunos se preguntaban cuánto iba a tardar en hablar Cristina Kirchner. El viceministro de Justicia Juan Martín Mena – el que se encargó de pedirle al Consejo de la Magistratura y la Corte Suprema que esperaran a diciembre, fin del año parlamentario – fue el portavoz de las críticas hacia el máximo tribunal por la decisión sobre Figueroa. Ahora, la mirada vuelve a estar puesta en el Senado pero ya no por Figueroa sino por los más de 70 pliegos que habían quedado atados a la suerte de la hoy ex jueza.

También habrá un foco sobre los jueces Diego Barroetaveña y Daniel Petrone, encargados de resolver qué hacer con las dos causas claves para Cristina Kirchner en las que Figueroa intervenía: si hay o no juicio por los casos Memorándum con Irán y Los Sauces-Hotesur. Supuestamente, cada uno ya tenía su opinión sobre cómo resolver. Al menos, en la causa que salpica a CFK y sus hijos.

fuente: infobae

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