La vicepresidenta tuvo cruces con los que se excedían en los discursos. Y dos veces hizo comentarios que escuchó todo el recinto.

El micrófono le jugó una mala pasada a Gabriela Michetti. Y no una, sino dos veces. En la primera, la vicepresidenta, que conducía la sesión del Senado, tuvo duros calificativos para el senador radical Luis Naidenoff, con quien había discutido momentos antes. “Es un pelotudo, que no rompa las pelotas”, dijo sin advertir que sus palabras estaban siendo amplificadas por el sistema de sonido del recinto.

“Es un pelotudo, no rompa las pelotas”, se escucho a Michetti haciendo referencia a Naidenoff. Fue tras una discusión por el tiempo. El senador le cuestionó que no haya estado en la labor parlamentaria y no permita a los senadores extenderse en su tiempo.

Naidenoff, senador de Cambiemos por Formosa, había salido en defensa de la mendocina Pamela Verasay, quien pretendía contar con minutos extra para su exposición. “A mí me toca conducir el debate. Si yo no cumplo las reglas, yo puedo pensar que pueden llegar a los veinte minutos. A usted le parecerá bien y a otros no”, retrucó Michetti, a cargo de la sesión.

“Yo lo que le propongo es que termine la senadora y evitar seguir dilatando en discusiones estériles”, insistió Naidenoff, pero Michetti respondió con vehemencia: “me toca conducir a mi y no a usted”.

El formoseño, a favor de la despenalización y enfrentado a la postura de la presiden, redobló la apuesta subiendo el tono: “Usted conduzca pero deje cerrar, presidenta”. La discusión siguió unos minutos.

“Usted no debe conducir”, repitió Michetti. Naidenoff le respondió con ironía: “sólo le digo lo que se decidió en labor parlamentaria, que usted no estuvo”.

Ya en la madrugada cuando los senadores votaron, otra vez el micrófono estaba abierto. Y se oyó claramente a Michetti decir: “Vamos todavía, vamos”.

fuente: clarín

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