Alumnos de la Escuela Sarmiento y el Gymnasium Universitario le dijeron no a las guerras y a la violencia en el mundo
Surgido como un proyecto del área de Computación de la Escuela Sarmiento, cada año las alumnas de 4 y 5 grado de la Escuela Sarmiento de la UNT construyen un millar de grullas de papel para recordar el fatídico 6 de agosto de 1945, en que el Enola Gay desató el horror atómico en la ciudad de Hiroshima. Este año, junto a sus pares del Gymnasium las repartieron frente a la Casa Histórica para brindar un mensaje de paz y protección a la infancia en el año del Bicentenario.
“Es un proyecto que vengo implementando hace muchos años, desde la materia Computación y que es posible gracias a la colaboración de muchas otras áreas. Con Internet las nenas aprenden de tutoriales a fabricar y plegar las grullas de papel. Esta es la primera etapa del proyecto, la concreción de un producto concreto que requiere un esfuerzo personal para poder comprender cómo son los pasos, la paciencia para hacerlo y el cuidado y el amor. Y también ese esfuerzo sumado al tener que hacer mil”, contó la profesora Cecilia Beatriz Catuara.
Pero además de la destreza manual en la que también intervienen las docentes de Actividades Prácticas y Plástica, la actividad tiene una fuerte carga simbólica que es motivada desde el área de Lengua, a través del cuento “Mil grullas por la paz”, de la autora argentina Elsa Bornemann.
“Producto de las radiaciones de la bomba atómica en Hiroshima, hay una nena que sufre de leucemia y ella es la que empieza con las grullas. No lo logra porque muere antes de cumplir las mil entonces son los compañeritos de la escuela los que toman la posta de completar las mil y de allí surge la idea de todos los años completar las mil para recordarla y de alguna manera es un pedido de no más guerra en el mundo, no más violencia porque los que padecen las consecuencias más terribles son los niños”, explica Catuara.
Ya es una tradición que cada 6 de agosto, mil grullas de papel lleven su mensaje de paz a los hogares tucumanos. Esta vez, con motivo del Bicentenario, el lugar elegido fue el entorno de la Casa Histórica. “Contamos con el apoyo de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán para poder colgar las tiras con las grullas durante toda la mañana”, amplió Catuara.
En una templada mañana de invierno, cerca de 200 niños gritaron “no más guerras y no más violencia en el mundo” desde un potente mensaje hecho de papel plegado.

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