El presidente Mauricio Macri llegó este domingo a Nueva York a una cita formal en la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero con la mira puesta en restaurar la confianza de los banqueros e inversores sobre la marcha de la economía argentina. Y en un breve contacto con la prensa en la puerta del hotel donde se aloja, aseguró: “Tenemos las mejores expectativas. Vamos a contarles a todos los americanos y a todos los extranjeros que nos encontraremos el buen futuro que tenemos los argentinos”.

Tras esas breves declaraciones, el Presidente fue a almorzar con su esposa Juliana Awada y el ministro de Economía, Nicolás Dujovne. Un pequeño grupo de argentinos aprovechó para sacarse selfies con el Presidente quien además confirmó que por la tarde vería el superclásico entre Boca y River en la habitación del hotel en el que se aloja.

Macri aterrizó cerca de las 7.30 en el aeropuerto de Taterboro, en New Jersey, una pista pequeña a 19 kilómetros de Manhattan donde suelen llegar los aviones ejecutivos como el que arribó el presidente. Lo acompañaban Awada, el canciller Jorge Faurie, el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo y el portavoz Iván Pavlovsky. Más tarde se sumó el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, que viajó en vuelo comercial.

La delegación oficial fue recibida en el aeropuerto por el embajador argentino en Estados Unidos, Fernando Oris de Roa, y el jefe de la misión de la ONU Martín García Moritán. Rápidamente se desplazaron al hotel Laghman, en la 5ta Avenida de Manhattan, donde se alojó la comitiva. La pareja presidencial entró tomada de la mano al hotel: él viajaba con su clásico traje azul y camisa celeste; ella con pantalones y saco negro.

El presidente Macri tiene este domingo un día tranquilo ya que no tiene pautada ninguna actividad en la agenda, aunque se descuenta que no se perderá el clásico entre Boca y River.

Arropado por una semana que cerró con cierta tranquilidad en la Argentina, Macri tendrá un par de días sin respiro en Nueva York. El lunes será un día dedicado a intentar convencer a Wall Street y el mundo financiero de que las turbulencias en la economía argentina han cesado y que su plan de reformas va por el buen camino.

fuente. clarín

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