Cambió el diseño del Gabinete. Algunos nombres ya no están y otros perdieron peso. Cambió el discurso: lo peor no pasó y ya no es el mejor equipo en 50 años sino -como acaba de decir Mauricio Macri- un equipo imperfecto con buenas intenciones. Cambiaron los pronósticos inflacionarios de cara a diciembre, aun los que de por sí eran pesimistas. Cambió la política monetaria y se agudizó la preocupación por los números de pobreza y desempleo. Parece demasiado, pero todo ocurrió en un puñado de semanas.

Cambiemos llegó al poder con la vocación de pensar un país a largo plazo. Las urgencias no tardaron en llegar, pero desde abril, cuando nació la primera crisis cambiaria, el Presidente comprendió que ni siquiera era posible pensar la Argentina a un plazo medio. El escenario se hizo más imprevisible en los últimos 45 días. “Esto pasó a ser, definitivamente, pensar en el día a día”, admite un funcionario con llegada directa a Macri. Así, creen, podría consumirse lo que queda de gestión y así debería encararse la carrera por la reelección.

Bajo esa mirada, la Casa Rosada deja atrás una semana que, si no es de las mejores en mucho tiempo, se le parece bastante. Se esfumaron los rumores de modificaciones en el Gabinete, avanzaron las conversaciones con la oposición por el Presupuesto y todo indica que el viaje del Presidente a Nueva York terminará sellando el acuerdo con el FMI. Los mercados tuvieron una semana más que calma: el dólar bajó 6% en cinco días y pasó de 40,51 a 38,14, los bonos en el exterior pegaron un salto, la grandes empresas que operan afuera se revalorizaron y el riesgo país perforó hacia abajo los 600 puntos.

A ese combo podrían sumarse las invalorables noticias que llegan desde Comodoro Py. Cristina Kirchner acumuló el lunes su sexto procesamiento. Pero a esa decisión del juez Claudio Bonadio hay que adosarle otra, incluso más positiva para los laboratorios de campaña de Cambiemos que han vuelto a funcionar en la sede de la calle Balcarce. Miguel Angel Pichetto sigue defendiendo la idea de no quitarle los fueros a la ex presidenta hasta que no haya sentencia firme. “Si pensamos en nuestro proyecto de poder esa fue la noticia más tranquilizadora de la semana”, afirma un hombre que ya trabaja con fines electorales.

En Balcarec 50 siguen pensando que Cristina no tiene otro camino que volver a presentarse. Porque es un animal político o porque es lo que le garantiza continuar con el relato de que es una perseguida política. Da igual para los intereses macristas. Ya se dijo: el electorado está fraccionado en tercios, pero la grieta continúa tan intensa que algunos encuestadores comienzan a advertir que, si la crisis no termina en un cataclismo, la barrera que dividirá las urnas volverá a ser kirchnerismo versus macrismo.

Eso no impide, de cualquier modos, que todas los sondeos que llegan al Gobierno advierten el desencanto y las adhesiones que han quedado atrás al compás de la crisis. Existe un dato certero y simbólico que refleja la caída de diciembre a la fecha. En La Plata, gobernada por el intendente macrista Julio Garro, la intención de voto de María Eugenia Vidal ronda el 40 %. Es un retroceso elocuente si se recurre al archivo: Esteban Bullrich había sacado el 49% en las legislativas pasadas.

En el oficialismo siguen confiando en que los votantes terminarán por darle una nueva oportunidad a Macri. Es una visión por demás optimista, desde luego. Pero existe y se impone. Quienes hablan con Marcos Peña dicen que el jefe de Gabinete lo explica con una metáfora futbolera: “Es como cuando vas a la cancha a ver a tu equipo y anda mal. Puteás, te amargás, pero no terminás hinchando por el otro equipo”.

Los desencantados son siempre un motivo de discusión en la cima del poder. La gran pregunta es cómo recuperarlos con miras a la contienda electoral. No hay fórmulas mágicas, dicen. Y tampoco habría que esperar que ayude la economía. La recuperación, si es que llega, no hay que esperarla para antes del segundo semestre de 2019. El enigma llega a la UCR. Encabezada por Alfredo Cornejo, el jefe del partido, hay un sector que fomenta competir en las PASO con candidato propio para potenciar al primer mandatario.

Cornejo ya mantuvo diálogos informales con Peña, Rogelio Frigerio y Horacio Rodríguez Larreta. Su hipótesis es que la irrupción de un postulante más o menos competitivo podría hacer atractivo el paso obligado de Cambiemos por las primarias. “Sobre todo si el peronismo va a una interna grande”, dicen cerca del gobernador de Mendoza. Cornejo y quienes razonan como él suponen, por ejemplo, que Martín Loustea podría ser un tapón para que los desencantados con Macri no emigren a otra fuerza. Pero Lousteau no es un dirigente dócil. Ya avisó que, pese a que lleva menos de un año como afiliado a la UCR, no le gusta que hablen por él. Otros pradicales piensan en Alfonso Prat-Gay.

El resto de los gobernadores del radicalismo no ve con buenos ojos esos primeros tanteos de Cornejo, aunque le reconocen que muchas discusiones que buscó instalar en momentos menos delicados después se terminaron dando. Aun así, Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes) dejaron trascender que el partido debe hacer otros reclamos, pero no ése. “Mi candidato a presidente es Macri -dijo Valdés a Clarín-. Si hay desencantados es porque Mauricio está tomando las medidas que tiene que tomar, a pesar del costo político que eso representa. Ojalá todos los presidentes hubieran hecho lo mismo”. La cuestión no se analizó formalmente en el macrismo. “Todo dependerá de cómo llegamos, pero sobre todo de cómo se va armando la oposición”, sostienen.

Casi no existen voces en el oficialistas que no crean que Cristina será la principal rival. La duda es si va a converger con otros sectores del peronismo que hoy se muestran reacios. Por lo pronto, Cristina ya no está solo recostada sobre La Cámpora. Muchos intendentes del PJ la siguen eligiendo como candidata y han aparecido dos kirchneristas históricos a defenderla por las causas de corrupción: Alberto y Aníbal Fernández. Felipe Solá también está dispuesto a olvidar viejas diferencias con ella y no descarta enfrentarla en una interna. Incluso, reconoció que estuvieron reunidos.

Otro actor que exhibe cada vez más cercanía es Juan Grabois, quien el martes fue detenido -luego liberado- por plegarse a una protesta frente a una comisaría. Grabois es un hombre muy vinculado al Papa Francisco. Hay quienes minimizan ese vínculo. Tal vez sea porque desconozcan algunas cuestiones. Grabois ha logrado sentarse con muchas figuras del macrismo a partir de una recomendación explícita del Papa.

Un importante funcionario nacional conserva en su despacho una carta de Francisco, escrita de puño y letra, en la que el Sumo Pontífice le escribió: “El portador de la presente, Dr. Juan Grabois es amigo mío; lo conozco desde bastante tiempo y es de mi total confianza. Yo le sugerí que lo viera. Por favor, no se olvide de rezar por mí. Que Jesús lo bendiga y la Virgen santa lo cuide. Fraternalmente, Francisco”

Comments

Comentarios