Pese a la llegada a la Argentina de un nuevo auditor del FMI, la Jefatura de Gabinete y el ministro de Hacienda, autorizaron nuevas partidas que, de ejecutarse, elevarán el déficit fiscal previsto en unos $11.000 millones.

El Acuerdo II con el FMI parece haberse transformado antes de su firma por el directorio del organismo de crédito multilateral en “papel mojado”. A dos meses y medio de finalizar un año muy complicado para la economía nacional, y por tanto para la sociedad en su conjunto, dos ministros con amplias facultades volvieron a firmar una norma que autoriza un incremento hiper millonario del gasto público de 2018 sin la correspondiente contrapartida plena de recursos que evite la posibilidad de crecimiento del déficit fiscal.

Reasignaciones de gastos

A través de la Decisión Administrativa 1.701 que publica el Boletín Oficial, el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Marcos Peña, y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recién llegado de su participación de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional, donde volvió a cosechar elogios del Tesoro de los EEUU, dispusieron autorizaciones y reasignaciones de gastos del Gobierno nacional por unos $18.000 millones, pese a que pudieron sumar a sus previsiones ingresos superiores a los originalmente previstos en $7.000 millones.

A través de un Anexo con 192 folios, los técnicos de los ministros detallan las “necesidades de autorizaciones de gastos” para lo que resta del año, las cuales, según sumó Infobae, determinan que en caso de ejecutarse en plenitud y de cumplirse las previsiones de ingresos en un año que se muestra notablemente más recesivo que el proyectado originalmente, un incremento del déficit primario, esto es antes del pago de intereses, del orden de $11.000 millones.

Sobrecumplimiento de la meta de bajar el rojo fiscal

Hasta agosto Hacienda ha informado que ha logrado un sobrecumplimiento de su meta de baja del rojo fiscal para el corriente año, gracias al invalorable aporte de recursos extraordinarios provenientes de utilidades del Banco Nación, la Anses, y de la venta de activos físicos del Estado Nacional, por el lado de los ingresos, y de la subejecución del plan de obras públicas, más allá de los avances en la mejora del sistema de contrataciones.

fuente: infobae

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