El director de la Escuela Judicial del CAM, el doctor Fernando Ganami, compartió con Diario Cuarto Poder la experiencia de desarrollar acciones tendientes a la capacitación integral de los futuros magistrados. Dos años más al frente de este desafío. Los abogados litigantes también pueden incorporarse.

-¿Cuándo surge la labor de la Escuela Judicial del CAM?
-Nace en 2013 cuando la Legislatura provincial aprueba por unanimidad esa potestad del Consejo Asesor de la Magistratura (CAM). Desde ese momento se procede a la conformación del equipo directivo, mientras que en julio de 2015 comienza el cursado del 1º año del plan de estudios.

-¿Qué objetivo tiene ese plan?
-Es un programa de formación para desempeñarse como magistrado en el futuro. Es el equivalente a una especialización de 160 horas de formación. En este momento estamos por dar un gran paso a nivel nacional.

-¿De qué se trata este paso?
-Hemos solicitado al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, la validez de nuestra capacitación en todo el territorio nacional, lo que implica que quienes egresen de nuestra escuela puedan concursar y hacer valer el puntaje de nuestra capacitación en cualquier concurso de magistrados del país. Las gestiones están encaminadas y será una excelente noticia para nuestros primeros egresados, que saldrán en 2018, porque en el presente se encuentran cursando el 2º año de estudios.

-¿Quiénes pueden matricularse en la Escuela Judicial del CAM?
-Para ingresar a la escuela se requiere ser abogado mayor de 25 años y contar con dos años de ejercicio libre de la profesión o la función judicial o pública. Tenemos un aula muy heterogénea con una gran cantidad de mujeres, un fenómeno que se viene dando en las facultades de Derecho de todo el país. Contamos con 350 alumnos, con la particularidad de tener abogados de 25 años, colegas de 30 años de profesión, secretarios judiciales, prosecretarios, relatores, dos fiscales de instrucción y dos jueces del fuero de Documentos y Locaciones. La particularidad es que la Escuela se abre a los abogados que están en ejercicio.

-¿Por qué esta particularidad es tan especial?
-Es una gran fortaleza del programa porque, en un momento de mucha pauperización del ejercicio de la profesión, esta política pública de formación gratuita tiene un gran impacto en ellos. Para dar una idea, este tipo de formación en el mercado de las universidades rondan los 150 mil pesos. Nos referimos a una especialización o un posgrado. La escuela judicial impacta en todos los operadores jurídicos, aunque algunos de ellos no lleguen a transformarse en magistrados, contarán con herramientas nuevas que los ayudarán a mejorar su práctica profesional en la vida diaria.

-¿Cuáles son las necesidades actuales de capacitación?
-La tarea del juez en una sociedad muy compleja genera exigencias. En el presente el juez tiene que tener conocimientos multidisciplinarios para fallar. Se ha complejizado toda la operación jurídica, lo que genera la necesidad de que haya una específica formación para ser juez. El magistrado tiene que saber gestionar su unidad judicial, lo que supone una serie de competencias y conocimientos de gestión de recursos humanos, manejo informático y de personal, que en otro momento no era necesario. Hoy la eficiencia supone gerenciar, en el mejor sentido, una unidad judicial que tiene dos turnos y un conjunto de componentes.

-¿Cómo es el programa de estudios?
-Tiene una etapa de formación básica, que son los dos primeros años en donde nuestros estudiantes se forman en competencias para todos los fueros. Las materias son Derechos Humanos, Control de Convencionalidad y Constitucionalidad, Cómo administrar Justicia desde una perspectiva de género, El aprovechamiento de las pericias judiciales , El factor humano en la unidad judicial, La organización institucional del Poder Judicial, Cómo se desarrolla una audiencia exitosa, La Psicología del testimonio, entre otros contenidos fundamentales.

Daniel Posse y Fernando Ganami

Un plantel docente y colaboradores que hacen realidad la capacitación
En cuanto a la integración de la escuela, Ganami sostiene que “tenemos un equipo compuesto por 7 personas en la gestión de la esuela para darle cobertura a las sedes de Capital, Concepción y Monteros, con la particularidad de que no hay ninguna distinción entre las capacitaciones que se dictan”.
Sobre los docentes, señaló que “la primera conformación de los formadores surgió de una convocatoria pública con invitaciones a todas las escuelas judiciales y centros de capacitación del país. Conformamos nuestro pirmer plantel de formadores y equipos multidisciplinarios para los seminarios. Hoy la escuela tiene 27 formadores docentes, de los cuales 14 residen en Tucumán porque contamos con docentes de prestigio que conocen el Poder Judicial y sus particularidades”. Destacó además que el resto de los formadores provienen de Buenos Aires, San Juan, Córdoba, Rosario y Santa Fe. Entre los más destacados, mencionó a Víctor Abramovich, Víctor Bazán, Rodolfo Vigo, Roberto Binder, y el orgullo de haber contado con el actual ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, quien fue reemplazado por Juan Pablo Marcet.

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