El jefe de Gabinete de la “Ciudad Jardín”, Manuel Courel, optó por hablar de supuestas malas intenciones de algunos concejales, a dar las explicaciones en torno a una posible contratación irregular para la realización de obras en el Barrio San Expedito. Un verdadero papelón en el programa televisivo De Buena Fuente, de Canal 10.

Un escándalo tras otro se sucede en Yerba Buena, con un denominador común: la falta de explicaciones por parte del intendente Mariano Campero y sus funcionarios. En esta oportunidad, fue el turno del propio jefe de Gabinete yerbabuenense, Manuel Courel, quien concurrió al programa de Canal 10, “De Buena Fuente”, conducido por el periodista Marcelo Caferro, acompañado por un calificado panel de comunicadores.
Lejos de brindar las explicaciones del caso, Courel cargó las tintas sobre la presencia en el programa anterior del concejal Benjamín Zelaya, quien es uno de los ediles que exigió que se dieran a conocer las razones por las cuales se hizo la irregular contratación de la firma “Valdez Construcciones y Diseño”, cuya titularidad le correspondería a Leonela de los Ángeles Valdez. Lo que omitió decir Courel es que había sido invitado en simultáneo con el citado concejal, pero que quiso participar de la emisión semanal de manera individual, atento a que no había salido bien parado de un debate anterior con Zelaya.
Courel sostuvo que hubo “mala intención”, aunque luego tuvo que aclarar que no se refería al programa y sus integrantes, sino al concejal radical que fue colocado en la vereda de enfrente por la gestión municipal, junto a los ediles Lucas Cerúsico, Pedro Albornoz Piossek y Maximiliano García, por el simple hecho de exigir informes respecto de las acciones del Departamento Ejecutivo, el rol que le dieron los vecinos de Yerba Buena.

Pecado de adjudicación directa
Sucede que Courel no puede explicar, con argumentos valederos, las razones que llevaron a la gestión de Mariano Campero, a adjudicar directamente la obra, primero a un tal Juan Valdez, que sería el padre de la titular de la empresa -según las notas obrantes de funcionarios municipales.
El propio Valdez sostuvo en un medio de comunicación escrito que la obra en el Barrio San Expedito había comenzado en el mes de octubre, pero el contrato con la firma “Valdez Construcciones y Diseño” se firmó en el mes de abril. Lo curioso es que la empresa, que no cuenta con experiencia probada, según el municipio, había comenzado los trabajos en febrero de este año. Para esa fecha, la empresa carecía de empleados, según informes de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
En tanto que el contrato se firma en el mes que está concluyendo a instancias de un decreto firmado por Campero en el que se invoca una tardía necesidad de emergencia. Un verdadero mamarracho que no pudo ser explicado claramente por los funcionarios que concurrieron al Concejo Deliberante a dar, supuestamente, aclaraciones en torno a este nuevo escándalo de la gestión camperista. El escándalo promete serias consecuencias por la gravedad del hecho.

Comments

Comentarios