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En los últimos diez meses el precio del aceite de girasol subió en el país 197%, este salto responde a una combinación de factores, entre los que se encuentran la evolución del mercado internacional, la fuerte caída de la oferta y el impacto de la devaluación y la caída del valor del salario argentino.

Ir al supermercado y comprar un aceite de girasol hoy resulta un lujo para muchas familias. Lo precios no paran de subir y los salarios, para el colmo, parecen estáticos debido a la inflación. Nada alcanza y a todo se suba la creciente demanda mundial.

 

“Los precios del aceite crudo de girasol en Rotterdam y en la Argentina experimentaron un crecimiento impactante en los últimos 10 meses, producto de caídas simultáneas en la producción en los cuatro principales fabricantes mundiales, lo que significó una crisis global de oferta”, explicó Jorge Ingaramo, economista jefe de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir).

Más del 90% del girasol se produce en el hemisferio norte, y los tres principales productores, Ucrania, Rusia y la Unión Europea, concentran el 75% de la oferta. El año pasado hubo una menor producción y, en consecuencia, una subida de los precios internacionales.

En el caso de Argentina, por falta de humedad el área sembrada bajó de 720.000 hectáreas en 2018 a 240.000 en 2020. A nivel global esta caída no tiene demasiado impacto, dado que Argentina representa apenas el 6% o 7% de las exportaciones totales.

 

 

fuente: cronista

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