messi

Parece antinatural pero es real. A los 35 años, en el atardecer de su carrera, el 10 argentino juega cada partido mejor.

 

Messi alguna vez contó que no sabía si iba a llegar a este Mundial. Faltaban algunos años y era consciente de que podía aparecer una lesión traicionera que lo sacara de carrera. No podía intuir que iba a estar en su versión más completa en Qatar 2022. Menos aún que podía perfilarse para ser su mejor Copa del Mundo. Antes la comparación era con Maradona. Llegó a dolerle, porque ese frente a frente que significa un sello de calidad cuando te hacen mirar en el espejo más grande muchas veces fue destructivo. Ahora, en lo que va de competencia, el mano a mano es Messi con Messi. Y se potencia cuando viene de jugar contra Australia uno de sus mejores partidos de Mundial, en modo arranque de Brasil 2014. Parece antinatural pero es real. A los 35 años, en el atardecer de su carrera, el 10 argentino juega cada partido mejor.

 

Messi hoy llena todos los casilleros del futbolista. Resolución individual, liderazgo grupal, lectura de juego, buen pase, gol. Desde esa evaluación es un jugador más completo, un poco lógico a partir de su madurez en todo sentido. Aunque hay otra parte que se debe a su talento y su capacidad de adaptación. Leo fue inteligente para esconder la velocidad final que le quitó el paso de los años y tirarse unos metros atrás para conectar con el resto del equipo. Como dijo Simeone hace un tiempo en ESPN, cuando le pregunté por el mejor Messi: “Cuando tenés 35 años manejás mejor algunas cosas y peor otras. Todo no se puede”.

El 10 del Barcelona podía ganar partidos casi solo. Era imparable aunque lo marcaran de a tres. Desde ese ejemplo del gran equipo de Guardiola, hoy Messi está más en el rol de Xavi e Iniesta. Se ve en el PSG: ese Leo antes de veintipico de años ahora es Mbappé, el que destraba cualquier rival con sus arranques eléctricos. Se nota esa vibración única cuando se puede ver un partido de Leo desde adentro del campo de juego. Desde ahí, el mejor Messi es el que volaba en el 2014. Dos años antes o dos años después también. Aunque la idea cae en una trampa cuando se ve a Messi contra México y Australia: los dos partidos los pensó pero básicamente los ganó por inspiración personal en jugadas que se inventó.

 

“Messi puede no tocar la pelota 10 minutos que Iniesta le entretiene a la gente”, llegó a decir Riquelme con su ojo futbolero en aquellos tiempos del Barsa. En sintonía con el Flaco Menotti, ponderaba el entendimiento del juego de Iniesta. Ese Messi era extraordinario pero es cierto que arrasaba por su talento. En contra, única contra en realidad, a veces se caía en algunas lagunas por la falta de juego o por algún contexto negativo del equipo. Se desconectaba, se iba a un costado en España o recibía al lado del 5 en Argentina.

 

Alguna vez, su amigo Dani Alves explicó uno de sus secretos: “Yo a veces hacía un pase que Guardiola no quería que hiciera. Hacia a la banda en vez de ir al medio. Una vez me lo cuestionó y le dije: ‘Disculpa, Mister, pero si Leo pasa dos minutos sin tocar la pelota se desconecta. Se lo pasaba para tenerlo activo para ganar los partidos”. El propio Pep llegó a decir que cuando Messi caminaba en realidad estaba haciendo la radiografía del partido. Eso hace años que no lo hace: Messi siempre está en línea.

El gran click con la Selección se dio en la Copa América 2019. O en realidad fue un quiebre en la mirada general. Messi asumió su rol de líder y generó una revolución en la gente. Rebelde, contestatario, plantarse frente al poder recordó tiempos de Diego. Tuvo que ver su madurez, con su crecimiento; también con que Mascherano dejó vacante un lugar que debió asumir él. El propoo Leo se calificó con 6 puntos, pero hubo mayor aceptación. Aunque el paso definitivo lo dio en la Copa 2021. Ganar la Copa América le permitió sacarse un peso enorme de encima. Se vio en su festejo final en el Maracaná y en cómo disfruta hace tiempo de estar en la Selección.

“La Copa le cambió totalmente la vida. Es como cuando en los jueguitos vas sumando vidas. Volvió a ser el Leo de cuando éramos chicos y estábamos en la Sub 20. La primera bronca siempre era para él, más después de las finales perdidas. Claramente ganar en Brasil fue liberador”, describió Agüero después del partido con Australia. Por si quedan dudas, el Kun es uno de los que más conocen la cabeza de Messi.

La confianza libera el talento, el ánimo es determinante en el andar del crack. Haber ganado puede ser un aliado para su quinto Mundial. Hoy disfruta más al sentirse respaldado afuera de la cancha por la gente y hasta por el orgullo que le provoca que lo vean sus tres hijos. El mismo lo reconoció mientras miraba en un celular el festejo de sus herederos. En resumen, antes jugaba más para su fantástico unipersonal y ahora lo hace más en función de su equipo. Uno ayuda al otro. El camino que queda en Qatar definirá si su versión más completa es la del mejor Messi en los Mundiales. Y pensar que no sabía si lo iba a jugar…

 

fuente: infobae

 

 

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