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Por Fabián Seidán para Diario Cuarto Poder | El senador José Alperovich y su familia no duermen tranquilo luego del allanamiento sorpresa que hizo la justicia santiagueña en un campo de su propiedad. En Pozo Hondo, encontraron más de 350 vacunos de las 4.600 que fueron robados de otras haciendas, en enero último. Un grave error lo acorrala en la investigación.

Asociación ilícita

Juan Pablo Miretti, empresario cordobés, ex presidente de la Sociedad Rural de Quimilí, fue detenido el miércoles, luego de que la Justicia santiagueña descubriera en uno de sus campos 130 vacas de las 4.600 cabezas de ganado robadas a tres empresas de Buenos Aires. Miretti es el tercer detenido de la causa que ya tiene bajo celda a Luis Magliano, ex presidente de la Sociedad Rural de Jesús María; y al empresario Damián Manzanelli. Para la Justicia, los tres conformarían una red de asociación ilícita armada para concretar el hurto de animales. Hay un cuarto investigado: el senador y ex gobernador de Tucumán, José Alperovich, quien por ahora está zafando, pero hay hechos que lo complican y mucho.

 Allanamiento sorpresa

Más de 70 efectivos policiales, bajo el mando de fiscales de la justicia provincial de Santiago del Estero desplegaron un mega-operativo en varios campos de la zona de Quimilí, en el marco de la causa por la desaparición de 4.500 cabezas de ganado tras la denuncia de sus propietarios.

Y en uno de esos allanamientos se descubrieron primero 200 animales y dos días después otras 150 cabezas del lote robado, en un campo en Pozo Hondo (establecimiento ganadero “La Galesa”) propiedad del senador nacional y ex gobernador de Tucumán, José Alperovich.

La familia Alperovich no pudo evitar el allanamiento -fue sorpresivo- por lo que no tuvieron opciones de abrir las tranqueras y permitir a los agentes de la justicia revisar una por una la hacienda, compuesta por más de 8.000 vacunos. De ese total, sólo se  inspeccionó hasta aquí algo más de la mitad, logrando dar con 240 vacas robadas.

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Débil argumento

Los Alperovich afirman que no sabían que el ganado que tenían en sus corrales era robado y alegaron que fueron estafados en su buena fe por el empresario acusado del delito: Luis Magliano.

Pero el abogado de la firma denunciante no les cree nada a los Alperovich. Es más,  dice que el argumento de la familia del senador es remanido y algo infantil. Como el caso del que anda en moto robada y asegura que no lo sabía, “que la compró de buena fe”.

Hernán González, abogado de la firma denunciante, sostiene que los Alperovich serían parte del entramado delictivo y la prueba en la que se basa son las más de 350 vacas robadas, halladas en el campo del ex gobernador. No sólo eso: para esconder el delito en el establecimiento, algunas vacas ya tenían alteradas las marcas de la firma del original propietario. “La hacienda hallada tenías las marcas del verdadero dueño y algunas estaban sobremarcadas, con la intención de que no fueran identificadas”.

Luis Magliano, ex presidente de la Sociedad Rural de Jesús María. Está detenido.

Guardó silencio durante la investigación

Entre las conclusiones que sacan los que acusan a los Alperovich de formar parte de una asociación ilícita para apropiarse de ganado robado está el hecho de que nunca, en ningún momento, dio aviso a la Justicia ni a otra autoridad, de que el empresario detenido y acusado por el robo de ganado le había entregado días antes vacas como parte de pago por una deuda.

¿Acaso los Alperovich no intuían que la mercadería entregada por Magliano podía ser parte de la hacienda robada y por la cual está detenido? De ser así (ingenuos o confiados) al avanzar la causa ¿por qué guardaron silencio y no denunciaron el hecho y esperaron a que los descubrieran?

Malas mañas: quedarse con lo ajeno

Para el abogado denunciante los Alperovich querían quedarse con el ganado, pese a saber que era robado. “Hay una mediatización (todo el mundo sabía del robo) del caso y nadie (ninguno de los Alperovich) llamó. Los encontramos de tanto buscar y solicitar los allanamientos”.

Y remarcó: “Es rara la explicación (de los Alperovich), porque si vos querés comprar animales tenés que tener el origen de los mismos y el cuidado. Para el traslado necesitás el registro del Senasa. Sin eso, es muy difícil acreditar la propiedad del animal. Es un error muy grave que se cometió al momento de recibir los animales en parte de pago”.

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Alperovich guardó silencio sobre el ganado que le entregó Magliano, investigado por el robo de vacas.

Desde enero, el caso se hizo muy conocido

La causa se inició en enero, por lo que los Alperovich, conocían (o debieron conocer) todos los pormenores del caso y el nombre del principal implicado: el cordobés ex presidente de la Sociedad Rural de Jesús María, Luis Magliano, quien está detenido desde el 31 de marzo acusado de los delitos de hurto agravado y desbaratamiento de derechos acordados.

La responsabilidad de los Alperovich

El abogado de la firma denunciante asegura que normalmente los responsables o ladrones son los dueños del lugar donde están los animales, a menos que puedan demostrar lo contrario. En ese caso, los Alperovich ahora deberán demostrar ante la Justicia que no formaron parte de la red de abigeato más grande de la historia.

Admiten negocios con el detenido

Por lo pronto, reconocieron a través de un escrito que tenían relaciones comerciales con el empresario preso, pero aducen en su defensa que “fueron engañados” y “no sabían que el ganador que les había entregado era robado”. Raro, teniendo en cuenta que la noticia del robo de ganado corrió como reguero de pólvora por todo el país.

Los Alperovich alegan que “no sabían” que las vacas que tenían en sus corrales eran robadas, pero la justicia no está muy segura de que sea así. Por eso, se investiga de oficio si existió una asociación ilícita con Magliano o si los Alperovich participaron sólo del delito de “receptación”.

El delito de receptación es aquel que comete alguien que tiene en su poder algo robado (o compra, vende o comercializa) sabiendo su origen o debiendo saberlo.

¿A qué penas se arriesgan una persona que compra algo robado o de dudosa procedencia? La pena no varía ya sea que venda o compre algo robado pues, en ambos casos, es la misma. Sin embargo, si se hace una distinción en la pena dependiendo del objeto que se trate, el monto de lo receptado y si el imputado es reincidente en el delito. Por lo tanto, quien compra elementos robados no posee el conocimiento exacto de cómo fue obtenido dicho bien, será penado con el artículo 277 del Código Penal Argentino, inciso segundo.

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Se robaron 4.600 vacas y en el campo de los Alperovich había al menos 350 cabezas de la hacienda que era buscada.

La “buena fe” esmerilada

El abogado Hernán González, representante de una de las firmas damnificadas, rechazó el planteo del entorno de Alperovich alegando “buena fe”. “Está claro que nadie puede alegar la tenencia de animales de terceros de buena fe”.

En cuanto a lo estrictamente jurídico, pasa que si uno compra de buena fe, no estaría infligiendo la ley, pero en caso de saber con certeza de que las cosas compradas son robadas, se presenta el problema de cómo justificarlo ante autoridad judicial.

“Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, tras la comisión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiera participado, ayudare a alguien a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta; a ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros, pruebas o instrumentos del delito, o ayudare al autor o partícipe a ocultarlos, alterarlos o hacerlos desaparecer.

También: “Castiga a quien adquiriere, recibe u oculta efectos provenientes de un delito y no denunciar la perpetración del hecho ni individualiza al autor o partícipe de un delito ya conocido”.

Los Alperovich, evidentemente por error, omisión o negligencia, transgredieron el Código Penal Argentino ya que, desde el principio del Derecho existe la célebre frase “ignorantia legis neminem excusat”, en criollo: “La ignorancia de la ley no sirve de excusa para su cumplimiento”.

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