De Chavos del 8 y bicoquis en Cambiemos y la pérdida de influencia del alfarismo por traiciones

-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con la gorrita del Chavo del 8? ¿Acaso es fanático de esa entrañable serie mexicana?
-Sipi, me encanta la creación de Gómez Bolaños, pero en realidad le quiero contar un chisme político, como siempre…
-¿Y qué tiene que ver el Chavo del 8?
-Lo que pasa es que, como al personaje, a un político tucumano le pegaron un coscorrón…
-¡¡¡Bicoqui se dice acá, Eduard!!! ¿Ya hace años que tenemos esta charla y no se aprendió todos los tucumanismos?
-Es que el tucumano básico es muy diverso. Pero vayamos al grano.
-¿A quién le pegaron el bicoqui?
-A Germán Alfaro. ¿Quiere saber dónde?
-Simple, en la cabeza…
-¡¡¡No sea zopenco!!! Se lo dieron en la propia Casa Rosada, en el despacho del ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Y por qué?
-Porque fue a proponer a Walter Berarducci como candidato a diputado nacional.
-¿Y qué pasó?
-En el minuto cero le cortaron las piernas y ratificaron la decisión de que el candidato sea Domingo Amaya.
-¿Qué le dijeron?
-Que hace dos años lo hicieron bajar al “Colorao” para que Cano y la esposa de Germán sean diputados nacionales.
-¿Y qué hizo Germán?
-Agachó la cabeza con semejante golpe y se fue como el Chavo diciendo: pi,pi,pi,pi,pi…..
-Usted no sirve, Eduard.
-Como siempre, se agradece el cumplido.
-Pero dígame algo. ¿Esto es bueno para Alfaro?
-No, mi estimado amigo. Quiso mostrarse como el gran elector y conductor de Cambiemos en Tucumán, pero me parece que le dieron por la cabeza por su traición a Elías de Pérez.
-¿Ya se enteraron allá?
-Las noticias no van en chasqui, mi querido.
-En eso tiene razón. Se merece una picadita con un buen tinto.
-No, gracias, pedí una paella con vino blanco a su cuenta mi querido amigo.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!

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