Rocío Belén Medina tiene 20 años y trabaja en un bar del centro de San Miguel de Tucumán. Se disponía a volver a su casa después de una larga jornada de trabajo nocturno, pero se despertó en una cama del Hospital Padilla.

Cuanto todo pasó, ya eran las 4 de la madrugada, horario establecido por el Comité Operativo de Emergencia (COE) como finalización de la actividad nocturna en la Capital y alrededores. Rocío no sabe cómo ni quién, solo recuerda el dolor fugaz y el flash que la transportó hasta la sala de emergencias.

“En estos momentos me encuentro internada en el Hospital Padilla hasta poder recuperarme del derrame cerebral y la desinflamación de la cara. Había llamado a mi mamá para que me pase a buscar y ahí me pasó todo”, recuerda la joven. ¿Y qué le pasó?

Rocío recibió una pedrada en el rostro. Según su relato, dos grupos de jóvenes comenzaron a pelearse y a lanzarse objetos contundentes en un bar ubicado en Santiago del Estero al 1300. Trató de alejarse, pero fue en vano. La onda expansiva de la violencia desmedida la alcanzó a pesar de que se mantuvo siempre al margen. “Recibí la piedra en la cara y quedé desmayada en el pavimento”, dice a través de un audio en el que se puede percibir su dificultad para hablar debido a las heridas.

La joven no alcanzó a realizar la denuncia policial. Los autores del violento hecho tampoco fueron identificados. Lo que debió continuar como una noche de descanso se transformó en un infierno para Rocío, que lleva casi tres días internada esperando el alta para volver a trabajar.

A pesar de todo, la joven toma aire desde su cama en el Padilla para enviar una advertencia a quienes circulan de noche: “Cada vez que uno salga tarde, de madrugada, que tenga cuidado porque, por más que un no esté en un ambiente conflictivo, no saben lo que hay alrededor, lo que te puede pasar en la calle, como lo que me pasó a mí, por ejemplo”.

 

 

fuente: eltucumano

Comments

Comentarios