Así quedó el piso de la Bombonera después de un chaparrón de media hora.

Superfinal-Autoridades de la Conmebol ya recorrieron el campo de juego y volverán a hacerlo cerca del mediodía. A las 13 se abren las puertas del estadio.

El mundo del fútbol está pendiente de lo que pueda ocurrir esta tarde desde las 17 en la Bombonera, donde Boca y River jugarán el partido de ida por la final de la Copa Libertadores. Pero hasta esa hora, la atención estará puesta en los mensajes que lleguen desde el cielo.

Fuertes lluvias

La Ciudad de Buenos Aires amaneció con el cielo encapotado y, desde las 7, los cargados nubarrones comenzaron a cumplir con los pronósticos que se manejaban desde comienzos de la semana: diluvios en varios capítulos que castigan un campo de juego que difícilmente llegue en óptimas condiciones a la hora del partido.

En peligro la Superfinal

Pasadas las 10.15 cayó un fuerte chaparrón que obligó a los hinchas madrugadores a protegerse para mantenerse lo más secos posible. Pero no faltaron quienes desafiaron a la lluvia y caminaron bajo el diluvio. La pregunta que por ahora no tiene respuesta es: ¿aguantará el piso de la Bombonera para permitir que el partido se juegue?

Conmebol

Representantes de Conmebol recorrieron el campo de juego en pleno temporal y volverán a hacerlo sobre el mediodía, un rato antes de las 13, hora prevista para abrir las puertas de la Bombonera y permitir el ingreso de los hinchas.

Llamado a la calma

Pero el intendente del estadio, Fernando Jauregui, dejó un mensaje de tranquilidad. “Despreocúpense. El campo de juego está bien y va a soportar. Ya hubo dos chaparrones fuertes a las 7 y a las 9. Luego de eso, drenó muy bien. Va a estar pesado pero muy bien. No se suspende nada”, dijo en declaraciones a Fox Sports.

En condiciones

La primera prueba pareció haber sido superada. Un rato después de aquel primer chaparrón fuerte de las 7, la cancha lucía bien, al menos a simple vista. Apenas se veía un manchón de agua sobre el lateral izquierdo del arco que da al Riachuelo. No parecía un gran problema, pero esa no fue la última lluvia.

Las mayores esperanzas están puestas en que, si no para la lluvia, al menos funcionen las obras que hizo Boca en los últimos años para evitar este tipo de problemas los días de lluvia.

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