Por Ricardo Rivas para Diario Cuarto Poder. Con casi 3 años cumplidos y perspectivas por demás negativas de crecimiento y mucho menos de llegada de inversores serios, podemos hacer un análisis de la gestión que lleva Cambiemos manejando los hilos y destinos de nuestra Nación. Para empezar, podemos decir que el Gobierno no quería que se supiera, pero al final se filtró: la inflación sobre la que proyectó el “nuevo” programa económico es del 42 por ciento para este año, rompiendo el récord del 38 por ciento alcanzado en 2016, un año de fuertes correcciones en los precios relativos.

Asimismo, la suba generalizada de precios prevista por el Ministerio de Hacienda para el 2019 es del 25 por ciento, un porcentaje que inquieta. Estos datos se filtraron en un paper que el Gobierno le pasó a analistas y operadores del mercado financiero en las primeras horas de este lunes. Pero luego, en la presentación oficial que se les entregó a los periodistas, los datos sensibles fueron borrados.
Con salarios que fueron acordados dentro del 15% por presiones del gabinete de Mauricio Macri, empeñado en hacernos creer que los niveles inflacionarios rondarían esa cifra este año y la vehemencia del absurdo de hacer afirmaciones y previsiones solamente basadas en el azar, sin un plan económico firme y aún sabiendo que los “ajustes de tarifas” serían brutales. Ante este escenario sólo nos resta preguntarnos dos cosas, ¿o en el gobierno son unos terribles 4 de copas o nos mintieron todo el tiempo para llevarse nuestro dinero, nuestro futuro, nuestros sueños y nuestros derechos como trabajadores y ciudadanos? La respuesta parece más que obvia, son los clásicos “lobos con piel de cordero” y desde el comienzo de la campaña política que los puso en el poder no hicieron más que mentirnos, eliminación del impuesto a las ganancias, pobreza cero, inversiones, más trabajo, planes de viviendas, etc. Todo un guión falaz para convencer a una población cansada de 12 años de demagogia y corrupción y de cadenas nacionales verticalista y cansadoras.
Podemos decir que esto ya venía “mal parido”, desde la mentira y el engaño no puede surgir nada bueno y la crisis actual es el fiel reflejo que siempre hubo malas intenciones y ninguna vocación de mejorar la situación de quienes fueron y son el motor del país, la clase trabajadora. Aturdidos por la inflación, ya no reaccionamos, nos suben el gas de nuevo, los combustibles, el pan, el colegio, las obras sociales retacean sus prestaciones y ya no nos quejamos de nada. Nos quitaron la capacidad de reacción, nos quitaron la voz de tanto gritar, nos quitaron las manos de tanto apretar los puños con impotencia y por sobre todo a muchos argentinos nos quitaron la dignidad de tener un trabajo y poder mantener a nuestras familias. Es nuestro derecho y nuestro deber como argentinos recuperar esa conciencia. No es mucho lo que le falta a la actual gestión por terminar su mandato, pero el daño tampoco ha terminado, todavía puede ser mayor. Seguramente antes de terminar el año tratarán de imponernos la famosa “Reforma Laboral”, que no es otra cosa que una nueva quita de derechos de los trabajadores, ganados con décadas de esfuerzo, con sudor y sangre, con cientos y miles de vidas, con jornadas y jornadas de lucha desigual, porque ya sabemos que siempre el trabajador tiene la desventaja. Así como salimos a la calle y evitamos que destruyeran al núcleo familiar con una ley que hubiera permitido que nuestros niños fueran asesinados en los mismísimos vientres maternos, así debemos hacerle conocer a nuestros parlamentarios nuestra voluntad. Ellos nos representan y representan nuestra decisión y de una vez por todas tienen que entender que tienen que trabajar para nosotros y no para su propio beneficio. Son parlamentarios nacionales y no voceros municipales, como es el caso de la diputada Beatriz Avila, de quien nada se conoce en cuestión de proyectos e iniciativas presentadas en la Cámara Baja desde su espacio, pero si se la puede ver representando a su marido, Germán Alfaro, en tal o cual inauguración.
Ya es tiempo que los candidatos 2019 empiecen a mostrar sus caras y sus plataformas políticas, cuáles son las soluciones que ellos plantean para salir de la crisis, para mejorar el acceso al crédito, sus planes para frenar la inflación, entre otras cosas.
El presidente Mauricio Macri confirmó que intentará reelegir su mandato el año que viene, en las elecciones presidenciales de 2019. “I am ready to run”, contestó en una entrevista transmitida en vivo en inglés por Bloomberg, una agencia internacional especializada en noticias económicas. En español: “Estoy listo para competir”.
“Estamos construyendo un nuevo país, una nueva sociedad basada en la cultura del trabajo, en la cultura de que tenemos que mejorar sin trucos ni atajos”, argumentó.
Al ser consultado sobre diversos temas, Macri aseguró que “no hay ninguna chance” de que la Argentina vuelva a caer en default y se mostró optimista sobre las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, pero evitó dar detalles sobre los alcances del nuevo entendimiento. “Estamos negociando desde el día que anuncié que volveríamos a hablar y ahora estamos muy cerca del acuerdo”.
Es más que evidente que mantener la figura de Cristina como candidata presidenciable le conviene a Cambiemos. Ya conocemos la frase napoleónica “divide y reina”. Con la ex presidenta presente, Mauricio Macri pretende ir contra un PJ dividido y más aún, trata de asustar a los indecisos que ya no confían en su gestión con la frase, “si yo pierdo vuelve Cristina”, una suerte de analogía con hacerles tomar la sopa a los niños con la amenaza del “cuco”. El escenario esta planteado y sólo falta que los protagonistas bajen sus cartas. Desde este lado de la tranquera sepan que no nos vamos a comer este buzón de nuevo.

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