Un binomio que juega en política hace tiempo

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El pacto Alperovich-Cano | Por Pablo Batalla para Diario Cuarto Poder. Los juegos de la política, por lo general se hacen por debajo de la superficie, para que aquellos que tienen que ejercer el mandato democrático de elegir a sus representantes nunca tengan una idea acabada de quiénes son los políticos que termina eligiendo.

El juego del vencedor y del vencido

Por otra parte, en las contiendas electorales siempre hay vencedores y vencidos. Los primeros son los que tienen ventaja en cuanto a las reglas en las que se dará el juego político. Los otros tienen que apostar a sus conveniencias, pero no por ello su juego es menos importante.

En Tucumán hay un binomio que viene realizando su juego desde hace tiempo. Como en este ámbito electoral, están siempre en espacios enfrentados, pero tienen su pacto secreto, por lo menos hasta que aparecen los naipes que lo dejan todo al descubierto.

Uno de los protagonistas no es otro que el actual senador nacional, José Alperovich. El otro es el diputado nacional, José Cano. Ambos siempre funcionaron como contrapesos necesarios.

El uno y el otro

El primero, recientemente “echado” del Partido Justicialista, se enfrentó en muchas ocasiones por la Gobernación con José Cano que, a la postre, es el eterno candidato a gobernador en nuestra provincia, como si no existieran otros dirigentes de la oposición que pudieran ir a disputarla con chances de ganar.

Es por ello que el ex titular del Plan Belgrano recibió el mote del “eterno perdedor” por parte de propios y extraños del mundillo político.

¿En qué se necesitan o necesitaron estos personajes?

Para el Alperovich del Justicialismo siempre fue importante tener enfrente un contendiente fácil de vencer. Más allá del descontento social que hubiera en ese momento y apoyado también en la maquinaria electoral que implica estar en la estructura justicialista.

Cano nunca llegó a cumplir del todo con las expectativas del electorado provincial. Es por ello que se convirtió en el eterno partenaire de Alperovich.

¿Qué gana Cano?

A esta altura de la columna de opinión, quienes están leyendo se preguntarán: ¿Qué gana Cano cumpliendo ese triste papel de actor secundario?
El diputado nacional parece estar preocupado más en mantener el liderazgo de su espacio que dar un salto de calidad y pelear en serio la Gobernación.

No lo hizo cuando tenía todas las potencialidades. Ahora, en el presente, no las tiene todas consigo, porque el desgaste de su exposición ha hecho mella en su imagen. En ese sentido, la gran oportunidad que tuvo Cano fue su designación al frente del flamante Plan Belgrano, una estructura de rango ministerial creada por el presidente Mauricio Macri para sacar del atraso al Norte del país.

El Plan Coreano

Por las expectativas iniciales, que incluían un súper presupuesto para obras, Cano tendría que haber salido fortalecido de esa responsabilidad, pero los escándalos por los negociados en Corea del Sur lo llevaron a una salida precipitada para encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales.

El caso denominado “Plan Coreano”, en el que varios de sus más estrechos colaboradores e incluso él, se encuentran imputados, fue una explosión hacia afuera de las filas de Cambiemos, además de una implosión hacia adentro, afectando el liderazgo indiscutible que tenía hasta ese momento.

Cano requiere de una serie de estrategias para seguir manteniendo el cargo de capitán del barco de Cambiemos en la provincia. En su contra le juegan las tempestades que genera en cada una de sus decisiones el gobierno nacional.

Nuevos escenarios políticos

Lo que ha cambiado con respecto a escenarios anteriores es que Alperovich ya no está en el partido mayoritario de la provincia. Tuvo que saltar fuera de esa estructura, por su propia impaciencia y por ese síndrome de abstinencia de poder que no le permitió realizar las movidas con una mayor amplitud de pensamiento.

Cano ya no tiene enfrente a su permanente “amigo-contendiente”. Esa circunstancia, sumada a que tiene que dar pelea hacia adentro para sostener su liderazgo, hace que pierda la calma y que, en vez de reconstruir su conducción en Cambiemos, se aflija por la suerte de Alperovich.

Esa ansiedad, pone al descubierto ese juego de conveniencias. Su pequeño mundo de Cambiemos hace agua por todas partes. Los que antes eran sus subordinados ahora quieren ser capitanes de la nave.

Premonición

En diciembre de 2016, Diario Cuarto Poder, publicó la existencia de un pacto secreto entre ambos referentes políticos. En aquella publicación se ponía de relieve el incumplimiento de una promesa electoral realizada por el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero.

Sus votantes vieron diluirse el compromiso de demoler las torres construidas por la empresa Alperovich Group SA. Esa decisión se tomó de la mano de Cano, cuya autoridad en ese momento era indiscutible.

Muchos lo vieron como un cambio de opinión y un beneficio en cuanto a la compensación que le daría esa firma a los vecinos de Yerba Buena, con una obra de pavimentación. Pocos señalaron que se trataba de un favor, producto de ese pacto secreto de conveniencias entre Alperovich y Cano.

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