Tambalea la final argentina de Copa Libertadores

Boca y River
Boca y River no se verían de nuevo las caras en la final de esta Copa Libertadores.
Por Hipólito Alvarado* para Diario Cuarto Poder | Lo que se presentaba como una posible revancha de la final de Madrid en la Copa Libertadores, entre Boca y River, se transformó en una gran incógnita por los resultados de los partidos de ida.

Los cucos brasileros. Para jugar los cruces de la Copa Libertadores no hay un manual específico. La estrategia es clave, porque los resultados del partido de ida pueden o no incidir en los 90 minutos restantes de la llave. Es por ello que los equipos más populares de Argentina, que se perfilaban para un nuevo Superclásico continental, tienen un panorama complicado para llegar a la final.

La pesadilla del “Muñeco”

El técnico de River Plate, Marcelo Gallardo, nunca imaginó que su equipo iba a ser goleado por el Palmeiras de Brasil, en el partido de ida jugado el martes en el “Monumental” de Núñez. El DT argentino es un especialista en este tipo de cruces, pero a los “millonarios” les tocó el rival más difícil y los errores cometidos se pagaron muy caro.

Justamente el primer error lo cometió quien le ha dado más seguridad al equipo del “Muñeco”, el arquero Franco Armani, quien prefirió jugar con los pies y dejó el rebote en los pies de Rony quien terminó convirtiendo.

El “sicario” Rojas más que un asesino se mostró con una llamativa inocencia y tuvo que mirarle el número al 10 de Brasil, Luiz Adriano, que le puso el cuerpo y le sacó ventaja para terminar definiendo entre las piernas del aquero de la Selección Nacional.

Finalmente, la irresponsable patada de Jorge Carrascal a un rival, dejó a River con diez jugadores y el tiro libre que capitalizó Matías Viña.

En estas acciones y la ineficacia a la hora de definir se construyó la pesadilla del DT argentino, quien instó a apelar a “la épica” para dar vuelta la historia. Muchos analistas, incluido el siempre polémico ex jugador campeón del Mundo en 1986, Oscar Ruggeri, consideraron que River ya se encuentra fuera de la Copa. Sólo un milagro puede ponerlo de nuevo en la final, pero el fútbol no es una ciencia exacta.

Los “Xeneizes” se contentaron con no recibir goles

Mientras que, del lado de los rivales de siempre, la historia todavía tiene interrogantes y suspenso. El 0 a 0 entre Boca y Santos de Brasil no define nada. El partido no tuvo demasiadas emociones. Los brasileros apelaron a un planteo que incluyó marcas personales y trató de neutralizar a los rivales a partir de sus características.

Los protagonistas no le pudieron encontrar la vuelta y Santos tuvo algunos minutos de buen fútbol, aunque careció de la profundidad necesaria para lastimar. Boca no pudo resolver el planteo del visitante, aunque apeló a la presencia, desde el banco de suplentes de Edwind Cardona, quien se sumó a Carlos Tevez, quien fue el más peligroso en el equipo de Miguel Ángel Russo.

El objetivo de ganar el primer round con los brasileros no se alcanzó, pero los locales se contentaron con que no le hayan convertido goles de visitante, que en este cruce de llaves siempre puede ser negativo. El planteo en Brasil también exigirá una estrategia que pueda llevarlo a la ansiada final. El marcador en blanco los llevaría a los penales, mientras que si empatan, cualquier gol de visitante del Xeneize lo beneficiará para superar las semifinales.

Lo cierto es que la tan mentada y analizada revancha entre Boca y River –de la cual también fui un activo partícipe- tambalea ante la gran posibilidad de que los “millonarios” queden afuera. Teniendo en cuenta la contundencia goleadora del Palmeiras, eso no es descabellado. Boca, por su parte, tendrá un partido de ajedrez y podría apelar a la velocidad de Villa para los contragolpes y al muy buen momento de Carlos Tevez.

Los partidos se juegan y las especulaciones quedan de lado después del pitazo final.

*Periodista y analista deportivo.

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