Siete años eternos pasaron entre 2008 y 2015. Ese fue el período en el que River extrañó a la Copa Libertadores. La vuelta no pudo ser mejor porque justamente terminó con otra vuelta, la olímpica. Este año la presencia se repitió hasta que la ilusión chocó con Librado Azcona e Independiente del Valle. Y el deseo de que se cumpla el “no hay dos sin tres” depende exclusivamente de la Copa Argentina. La última o única chance que le queda al equipo de Gallardo para estar en la Copa 2017 es quedarse con la competencia más criolla. Y con esa meta es que esta noche jugará un partido sin revancha como dijo el propio DT. Una final, por más que sean los octavos de final. Como tal, entonces, es que pone todo, incluso a Casco, quien seguramente habría esperado unos días más si hoy no hubiera tanto en juego.

“Un torneo que decididamente queremos intentar ganar”, insistió el Muñeco esta semana. “Una prioridad para el semestre”, remarcó por si a algún distraído no comprendió lo que significa esta Copa Argentina para River. No será fácil porque la misma ambición tienen Racing, Central y Boca, entre los nombres más pesados, o Unión, el rival que ya espera en los cuartos de final al ganador del cruce de esta noche en el Estadio Bicentenario de San Juan.

Para encontrarse con los santafesinos, River deberá parecerse más al equipo que aplastó a Banfield en la primera fecha del campeonato que al que no pudo descifrar a San Martín el domingo pasado. Arsenal será la piedra más importante que encuentre el equipo del Muñeco hasta ahora en la Copa Argentina, ya que en las dos fases anteriores pasó con comodidad a Sportivo Rivadavia de Venado Tuerto (3-0) y con un pequeño susto sobre el final a Estudiantes de San Luis (2-1). Los de Sarandí van de punto y el propio Rondina avisó que necesitan “hacer un partido perfecto” para quedarse con la clasificación. Por las dudas, en la previa puso a sus jugadores a practicar penales, la modalidad para definir el pase a los cuartos en caso de que los 90 minutos terminen igualados.

Gallardo no quiere llegar a eso. Pretende que Nacho Fernández vuelva a ser un buen pasador, que haya conexiones entre los laterales y los creativos, que Alario siga afilado y que en el fondo no haya distracciones. Si todo eso ocurre, su River estará más cerca de dar un paso más hacia adelante en la Copa Argentina, un título que todavía no cuentan en Núñez y que en este semestre se empieza a transformar en una obsesión. No tanto por esta competencia en sí sino porque la vuelta olímpica viene acompañada con el premio del pase a la Libertadores. Entonces, cada instancia se vive como una final. A todo o nada. Y como en las finales no hay que guardarse nada, esta noche River va con todo el Arsenal para llevarse puesto justamente a Arsenal…

Fuente: Olé

Comments

Comentarios