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El delantero tucumano de Gimnasia de La Plata habló de todo a corazón abierto y dio detalles de su vida personal. “Cuando era chico muchas veces faltó la comida”, reveló.

Luis Miguel Rodríguez tiene una vida con todos los condimentos para hacer una serie en una plataforma digital. El ídolo de Atlético Tucumán y Colón de Santa Fe se encuentra en la actualidad liderando la ofensiva de Gimnasia. Y desde que llegó Néstor Pipo Gorosito el Lobo saborea más a menudo el dulce de las victorias.

 

Pero antes de su estrellato en la Primera División, el Pulga tuvo que superar las adversidades en una familia humilde. “En su momento trabajaba de lunes a viernes y los sábados iba a jugar partidos clandestinos por plata. Eran una guerra, pero jugaba en soquetes”, reveló en diálogo con ESPN.

Ahora es distinto, porque los árbitros te cuidan, pero en ese momento eran los mismos jueces los que apostaban por el equipo contrario. Una vez, estando en Atlético Tucumán me dieron una patada que me asustó, porque me pudo cortar la carrera. Se armó una pelea y desde ese día decidí no volver a jugar en esos partidos. Ya llevo 15 años sin ir a esos partidos por plata”, recordó.

Él reconoce que es calentón porque siempre quiere ganar, pero entiende que está en un proceso en el que debe disfrutar del fútbol. “Hoy nos preparamos para ganar, pero el rival también. Son resultados. Nada más”, subrayó.

Naturalmente, su presente le permitió ayudar a su familia. “Mi infancia fue complicada. El comedor a la noche se hacía habitación. Esa casita todavía está, donde vive mi mamá. Está remodelada, pero el resto de mi hermanos pudieron tener sus propios hogares”, destacó.

Cada domingo que nos juntamos a comer en Tucumán somos como 30 personas. Es un quilombo terrible y mi vieja es la reina de la familia. Cuando éramos chicos muchas veces faltó la comida. Nuestros viejos nos mentían, porque decían que ya habían comido, pero la realidad es que no les daba para comer. Como éramos 8 hermanos, había veces que a mi viejo no le daba el mango. Él trabajaba en la municipalidad y hacía changas, pero a veces no alcanzaba”, narró el delantero.

Todos los años tuve que reinventarme, porque los jugadores debutan cada vez más chicos. Nadie te asegura nada, porque no es difícil debutar en Primera, sino mantenerse. Hay situaciones que pueden ser duras, porque siempre vamos a depender de los entrenadores”, agregó en su visita al canal televisivo.

En la emotiva conversación, el Pulga también subrayó que sus primeros botines fueron un obsequio de mucho sacrificio por parte de su padre. “Calzaba 32 y me los compró 39 porque me tenían que durar muchos años”, aseguró entre risas.

Más allá del momento sentimental, también hubo momentos para el humor. Como cuando se refirió a sus hijos, a quienes le pedirá que “hagan lo que quieran”, sin la necesidad de dedicarse al fútbol. “El más chico me hace acordar a Mateo Messi, se parece mucho al hijo de LeoLa vez pasada me gritó un gol de Sarmiento de Junín contra Gimnasia y yo no lo podía creer. No hay que decir que es hincha de Sarmiento, porque el otro también me va a salir de ese equipo”, completó.

Finalmente, también hizo hincapié en el momento que fue convocado a la Selección cuando Maradona era el técnico del combinado nacional. “Cuando me llamó Mancuso pensé que era una broma. En su momento pensé en pedirle una foto, pero no me arrepiento porque disfruté de otras cosas. Las charlas que tuve con él fueron increíbles. Me decía que disfrute del fútbol. Y yo hice eso. Lo recuerdo como si fuera ayer”, concluyó.

 

fuente: infobae

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