San Antonio Spurs lo eligió en el puesto 57, pero terminó convirtiéndose en uno de los mejores de la historia. Ganó 4 anillos y participó de dos All-Star Game. A 20 años del Draft de 1999.

El 30 de junio de 1999, en el MCI Center de Washington, se celebró un Draft que será siempre recordado. Durante esa ceremonia, en el puesto 57 (el anteúltimo lugar), San Antonio Spurs ponía sus fichas en un “desconocido” Manu Ginóbili, quien con el tiempo se convertiría en uno de los jugadores más importantes de la franquicia texana y gran aspirante a integrar al Salón de la Fama.

“Juega en Reggio Calabria de Italia, es perimetral de 1.98 metros. Es nacido en Argentina. Sabe jugar tras cortinas, sabe mover la pelota para tirar, y es sólido en defensa. Es una buena elección a esta altura”. Con esas palabras describieron a Manu, mientras intentaban dilucidar la correcta pronunciación de su apellido.

Pese a que algunas franquicias habían realizado algunos sondeos, como los Boston Celtics -la entidad más laureada de la NBA-, que tenía el pick 55, el oriundo de Bahía Blanca se encontraba en otra sintonía. La noticia le llegó al día siguiente, durante una concentración de la selección argentina en en Macapá, Brasil. “Los jugadores van allá para escuchar su nombre y ponerse la gorrita. Yo ni sabía qué era el Draft. Me despertaron y me dijeron que fui drafteado, pero les decía que no podía ser. Vi que insistían y me empezaron a llegar llamadas. Me enteré que Popovich había llamado a mi casa. Me draftearon sin saberlo. Fue una historia curiosa”, contó el propio Manu en diálogo con Generación Dorada.

Esa noche los Spurs tomaron una decisión trascendental -casi sin saberlo- para el futuro de la institución y del básquet argentino. Pero esta apuesta, la cual el sitio en español de la NBA coloca como uno de los mayores robos de la liga (así se denomina a las selecciones de segunda ronda que consiguen un impacto poderoso en la liga más competitiva del mundo), no fue casualidad o producto del azar.

Robert Canterbury ‘R.C.’ Buford, actual general manager y vicepresidente de la franquicia, pero que por ese entonces se desempeñaba como scouting, siguió la evolución del bahiense al detalle gracias a Julio Lamas -era el entrenador de la Selección- a quien contactó en 1997 durante el Mundial Sub 22 en Australia.

“Me vino a hablar en Melbourne a la puerta del vestuario. Pensé que era uno más que preguntaba por Lucas Victoriano, Fabricio Oberto, Juan Ignacio Sánchez o Leandro Palladino, y cuando se sentó y le digo por quién me querés preguntar, me señaló el dedo meñique y me dijo ‘por el flaquito’. Fue el primero que me preguntó por Manu. Me pidió si lo podía seguir. Yo dirigía a la selección y seguía para ellos a Victoriano, Ginóbili y Oberto. Esto fue entre 1997 y 1999, hasta que lo eligieron en el draft”, confesó Lamas en diálogo con Infobae.

En su paso del Viola Reggio Calabria al Kinder Bolonia se produjo la “explosión” de Ginóbili y terminó de convencer al conjunto estadounidense: era el momento de dar el gran paso. En Italia conquistó dos Copa de Italia, una Liga italiana y una Euroliga (fue el MVP de las finales).

Aunque al principio Tim Duncan dudaba de la elección que habían realizado los Spurs y tuvo que adaptarse al sistema de trabajo de Gregg Popovich, Manu caló hondo dentro del equipo. Durante sus 16 temporadas revalorizó el valor al Sexto Hombre y junto a Duncan y el francés Tony Parker formaron el trío que más partidos ganó en la NBA.

fuente: infobae

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