Plan Belgrano: Carteles de humo pretenden ayudar en las elecciones

El Plan Belgrano nació como una esperanza de rescate para acabar con las fuertes asimetrías entre la región pampeana y el empobrecido norte del país. Para ello se lo había dotado de un millonario presupuesto de 16 mil millones de dólares, los que permitirían conectar al Norte con el resto del país promoviendo su desarrollo.

Sin embargo, a poco de andar, el presidente Mauricio Macri dispuso desviar 4 mil millones de dólares para la provincia de Buenos Aires, lo que representaba un 25% del presupuesto original.
El paso del tiempo fue mellando la expectativa en las diez provincias del NOA y NEA. Sólo se produjeron anuncios que convirtieron a la estructura, conducida por el tucumano José Cano, en una máquina de humo que generó rechazo y críticas. A un año y medio de gestión, el Plan Belgrano sólo sirvió para contener a colaboradores de Cano, sumar una investigación de la Justicia Federal por un escándalo con empresarios coreanos, y ahora, tratar de hacer realidad la llegada de su titular a la Cámara de Diputados. ¿La razón? Desmantelar esa estructura con rango ministerial y fusionarla para transformarla en una secretaría, con el objetivo de reducir los gastos del Gobierno nacional.
Para ello se apeló a la inclusión del logo del Plan Belgrano en cuanto cartel de obra pública se coloque en la provincia de Tucumán, aunque la repartición que lo lleve adelante no tenga nada que ver con el área que maneja Cano. Ese fenómeno no se da en las nueve provincias restantes. Cano necesita el apoyo adicional de Macri, que no puede desdecirse de la anticipada postulación del titular de la estructura que más expectativas y decepciones generó. Debajo del puente pasaron la pobre ejecución de apenas el 5% del presupuesto, dividido en la decena de provincias que integra la jurisdicción; la imputación de Cano por la investigación del caso denominado “Plan CoreANO” y la politización de la ayuda a los inundados del sur provincial.
Muchas de las obras que ostentan el logo del Plan Belgrano no tienen relación ni dependencia con esa estructura. La mayoría son ejecutadas por el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, que dependen del ministro Rogelio Frigerio, con quien Cano tuvo muchas internas en el Gabinete Nacional. Uno de esos ejemplos es la provisión de agua potable en la Comuna de Delfín Gallo, por casi 2 millones de pesos, en el marco del Programa de Inversiones Municipales. Otro ejemplo es la construcción de la Nueva Planta Depuradora que se construye en Las Talitas en el marco del Plan Nacional del Agua, que también depende de la cartera de Frigerio y, específicamente, del ENOHSA y que implica una inversión de poco más de 45 millones de pesos.
Las situaciones de este tipo abundan a lo largo y ancho de la provincia. José Cano recorre, anuncia e inaugura obras que nada tienen que ver con el Plan Belgrano, con la mirada puesta en las elecciones de octubre próximo. Trabaja con la seguridad de que su candidatura, si se confirma, con o sin las PASO, no será testimonial sino un modo elegante de abandonar esa estructura que lleva el nombre del creador de la Bandera.
La gestión no se basa en carteles, sino en hechos concretos que la población no le puede atribuir a Cano. Quizás sea mejor que regrese a funciones legislativas, porque en lo que hace a las acciones desde el Poder Ejecutivo, no ha demostrado nada en un año y medio.

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