Nos quieren vender que se juega un sólo clásico electoral

Macri-Duran-Barba-Peña
Por Pablo Batalla para Diario Cuarto Poder – Los argentinos reciben un bombardeo mediático desde el oficialismo que apunta a la estrategia de la polarización entre dos bandos: “macrismo” y “kirchnerismo”.

Pero en realidad hay otros equipos que juegan este partido y se presentan como
opciones de la constante grieta que ideó Jaime Durán Barba y fogonea Marcos Peña, el hombre de confianza de Mauricio Macri.

Un partido que ya aburre a los argentinos

En un país futbolero como el nuestro, podemos entender cualquier tema del ámbito que sea, con la simple mecánica de ejemplificar desde el mundo en donde corre la redonda pelota sobre el verde césped.

La política no es una excepción. La presente elección nacional debería presentarse como un torneo, cada vez más corto, en el que varios equipos tienen que competir para ver quién se
corona campeón.

Sin embargo, la estrategia que esgrime el “macrismo” es clara. Ellos sólo quieren captar la atención de los televidentes con un solo partido. En ese encuentro sólo pueden participar dos equipos y los jugadores de ambos.

Para el oficialismo nacional el resto de las escuadras no tiene importancia, son un simple relleno. El gurú político de Mauricio Macri, el consultor ecuatoriano, Jaime Durán Barba,
quiere aplicar la misma receta que le dio resultados en 2015.

Esa estrategia es la que busca enfrentar al “macrismo” con el “kirchnerismo”. Ese es el
único partido que está dispuesto a transmitir el oficialismo nacional en el “fútbol para todos” que inventaron.

Razones de la insistencia

¿Cuál es la razón de insistir en ello? El gobierno nacional no tiene mucho para mostrar. Por las redes circulan las 20 promesas incumplidas de la campaña anterior. Esa enumeración no tiene objeciones ni manera alguna de generar argumentaciones en defensa de la actual gestión.

O sea que Macri no tiene nada que mostrar al electorado o las hinchadas, para seguir con la comparación futbolística. Es por ello que necesita tener un “cuco” a mano. Ese fantasma representa para Durán Barba el “kirchnerismo” o más aún, la figura de Cristina Fernández de Kirchner.

Entonces, al tener las manos vacías en el presente, y no poder repetir el mecanismo de las promesas vacías que no se cumplen, deben tener a mano el pasado del “kirchnerismo” para decir: “miren, si no nos votan a nosotros, vuelven los otros, los ladrones, los corruptos, los que vaciaron la Argentina”.

Con ese “cuco” quieren que todos los argentinos tomemos la sopa y vayamos a votar alegremente por Macri, y si no es con felicidad, por lo menos con miedo.

La apuesta del “kirchnerismo”

Por su parte, en las filas del “kirchnerismo” saben que tienen que contrarrestar la jugada del “macrismo”. Para ello Cristina se puso en segundo plano de la fórmula.

Es por ello que se ataca tanto al candidato presidencial Alberto Fernández, al tildarlo en cuanta oportunidad se presenta, de marioneta de la ex presidente. Recurrentemente se le pregunta si Cristina no gobernará a través de él.

En la medida en que el ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner mantenga la calma, los votos cautivos más el de otros independientes captados, se mantendrán dentro de las previsiones.

Sin embargo, el “kirchnerismo” tampoco tiene mucho por ofrecer, porque el asedio mediático de estos cuatro años les dejó la mácula de la corrupción impresa en la piel, como un tatuaje del que no pueden deshacerse.

No puede ofrecer pasado, no puede ofrecer futuro, pero puede atacar el presente de la mala gestión de Macri, quizá para generar algún sentimiento favorable a su regreso al poder.

¿Y los otros hinchas?

La estrategia de un sólo y gran partido entre dos sectores políticos, remitiéndonos de nuevo al fútbol, es un fracaso. ¿Por qué? Porque hay otros equipos y otros hinchas a los cuales este partido no les interesa.

Como en el fútbol argentino, no sólo hay hinchas de Boca y River, sino que hay seguidores de Racing, San Lorenzo, Independiente, Lanús, Banfield, Atlético Tucumán, Rosario Central, Newells, Estudiantes, Gimnasia y Esgrima de La Plata y demás equipos.

Por más que el “macrismo”, les quiera vender un clásico al electorado, el consabido de 2015, la gente tiene su corazón y preferencia en el club de sus amores, o en el candidato preferido.

Es allí donde se desdibuja este intento de polarización en el que trabaja todo el oficialismo, tratando de no sacarle el ojo a las encuestas, aunque nos números reales no se quieran dar a conocer para no estropear la promoción y difusión de este único match que se pretende imponer.

Ni Macri, ni Cristina…

La polarización se cae a pedazos, toda vez que hay una gran porción del electorado que está harta de la denominada “grieta”.

No quieren ni a Macri ni a Cristina, porque intuyen que si gana cualquiera de ellos, las divisiones se seguirán profundizando en una sociedad cansada de enfrentamientos, de acusaciones, de amenazas, de vendettas de nunca acabar.

Ese sector de la población que en las encuestas oficialistas prefieren señalar como indecisos, quiere alternativas que propongan una sociedad distinta, en desarrollo y reactivación, para superar una crisis en la que la inflación, el desempleo, los altos niveles de pobreza, la falta de reactivación y el cierre de emprendimientos, sumados al constante aumento de los combustibles -aún cuando el precio internacional del dólar caiga- y la inestabilidad del dólar.

En ese contexto para nada alentador, aparece la figura de Roberto Lavagna, dirigente político y ex ministro de Economía en el período post crisis de 2001. Muchos argentinos ven con buenos ojos su postulación, porque se trata de un hombre de la economía, que es una de las principales preocupaciones de quienes habitan este querido suelo.

Lavagna vendría a representar la cabeza de un tercer equipo fuerte, al que los hinchas
alientan desde las gradas llenas de un estadio, que es la Argentina. Con la sola mención de esta alternativa, se cae la estrategia “macrista” de la polarización.

Marcos Peña, el hombre que le habla al oído al Presidente lo sabe. Es por ello que el énfasis que ponen los medios nacionales en sostener que se trata de un partido entre dos y no de un torneo corto, es evidente.

Sin embargo, en los tiempos del internet, el poder de los medios se muestra relativo. Lavagna lleva como compañero de fórmula al gobernador salteño, Juan Manuel
Urtubey, un hombre del peronismo que se mostró contrario al “kirchnerismo” y que quiso ser “pegado” al “macrismo” en una estrategia que no funcionó.

Las cartas están sobre la mesa. Los hinchas definirán a quién alientan en este torneo electoral.

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