Por Francisco Alvarado* | Para Diario Cuarto Poder. El presidente electo, Alberto Fernández, dio una clara señal de lo que representa Juan Manzur en el armado de la unidad de los gobernadores del peronismo.

Un espaldarazo que potencia al tucumano

Los rumores surgidos por no ver al gobernador tucumano, Juan Manzur, en el victorioso escenario del domingo a la noche, luego de la consagración de Alberto Fernández, se terminaron de disipar como el humo de una bomba de estruendo, en el acto de jura de su segundo mandato al frente de la provincia.

No sólo las palabras de agradecimiento, no sólo las expresiones de buenos deseos, y la propia presencia de quien manejará desde el 10 de diciembre los destinos del país, sino un hecho trascendental y simbólico: la entrega del bastón de mando, el atributo del poder que retiene Manzur por cuatro años más.

El mandatario provincial sabe que ese acto es fruto de un trabajo, en parte azaroso y en parte satisfactorio, que él desplegó en momentos en que la unidad del peronismo, tan necesaria para el triunfo final de Fernández, era algo complejo de alcanzar.

La muñeca política de Manzur logró el resultado

El caudal de votos aportado por cada una de las partes, fue lo que en definitiva aseguró un triunfo que, más allá de los ocho puntos de diferencia, aseguró la unidad en el Peronismo, aquella que Cristina Kirchner instó a defender, como una lección que debe quedar aprendida puertas adentro.

Y fue justamente cuando el juego del macrismo apostaba a la división del peronismo cuando Manzur se puso al hombro la misión de encolumnar a los gobernadores.

A tal punto que sólo el salteño, Juan Manuel Urtubey, insistió en pelear en otro espacio junto a Roberto Lavagna, para no resignar sus ansias de ser candidato en la fórmula; además del cordobés, Juan Schiaretti, quien prefirió apoyar a Macri. El resto de los gobernadores están con Alberto.

Manzur sabe de mimos y de reconocimiento, porque esta visita no es la única que ha marcado diferencias en el trato especial que tiene Fernández. Ya estuvo como único gobernador sobre el escenario de festejo de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Un reconocimiento a lo que había realizado.

Fuerte compromiso

Consciente de la importancia que tiene en el armado nacional, como hombre de confianza y de consulta, Manzur expresó en su acto de asunción: “esta es la Argentina que se levanta y se pone de pie, señor Presidente. Estos somos los que estamos aquí a su lado, para desterrar asimetrías y para acercar diferencias. Para gobernar juntos esta Argentina federal y diversa”.

El gobernador tucumano agregó en relación al escenario nacional que “una mayoría del pueblo argentino ha decidido modificar el signo político de sus gobernantes. Ha estimado que era necesario un cambio de gestión y de ruta, y ha decidido poner en manos del compañero Alberto Fernández la conducción de sus destinos. Esta es nuestra nueva circunstancia, a nivel nacional, y con importantes consecuencias para nuestra realidad provincial. A partir de ahora, caminamos en sintonía entre la Nación y la provincia, junto al nuevo presidente de la República Argentina”.

Más allá de las especulaciones que le auguraban un lugar dentro del gabinete nacional, Manzur tiene un posicionamiento que muchos de los que serán funcionarios de Fernández envidiarán.

El presidente es un hombre que tiene que demostrar capacidad y gestión, para superar los mensajes que lo colocaban como un títere de Cristina.

Para lograr eso se rodeó de dirigentes como Manzur, quien ya se graduó de “gran armador político”. Ojalá que sea para el bien y progreso de los tucumanos.

*Analista político

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