Por segunda semana consecutiva, los tucumanos padecen una huelga de los colectiveros. Es que el gremio de UTA decidió nuevamente parar su servicio ante la negativa de un nuevo aumento salarial. La medida de fuerza, sin embargo está lejos de “paralizar” a la provincia ya que muchos decidieron no hacerles el juego y buscaron la manera de llegar al trabajo. En el algunos casos, la patronal reconoció el viaje en taxis, como en los hospitales públicos.

La Unión Tranviarios Automotor (UTA) nacional declaró un paro por 48 horas y en Tucumán el sector no le hizo asco a la medida, a sabiendas de que ya la semana pasada pararon el servicio y están dispuesto a todo con tal de que le otorguen un nuevo aumento salarial similar al que le dieron a sus pares de Buenos Aires, más cuando aquí, en Tucumán, demoran en pagar sus haberes.

Las 70 líneas urbanas, interurbanas y rurales que operan en la provincia, pararon desde anoche y prolongarán la huelga hasta las cero hora del sábado.

La medida si bien complica la actividad comercial y laboral, para llegar a trabajar muchos optaron por tomar taxis, autos rurales, motos y hasta caminar. En algunos casos, como en los hospitales, les informaron a sus empleados que debían ir a trabajar y que le reconocían en gasto en taxis presentando el ticket del viaje.

En Tucumán el gremio de los choferes paró la semana pasada y exigía el pago del 30% restante del sueldo de junio para no volver al paro (la situación habían propiciado cinco días consecutivos de paro la semana pasada). Finalmente ayer se acordó el pago en dos cuotas y las empresas abonaron el saldo. Igual fueron hoy al paro.

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