Resurgió la triangulación de dólares oficiales entre importadores y empresas “fantasma” en el exterior. También, el incentivo a maniobras de corrupción con entes oficiales. Ganan los empresarios amigos del gobierno y quienes pueden comprar dólares para venderlo luego en la calle al doble.

La brecha entre el tipo de cambio oficial y las demás cotizaciones del dólar es ruinosa para la economía argentina, como ya quedó demostrado en la anterior experiencia del cepo, que se extendió entre fines de 2011 y 2015. Claro que cuanto más se amplía la distancia entre el dólar oficial y el paralelo, mayor es el impacto: crece la expectativa de devaluación, genera inflación reprimida y los exportadores demoran todo lo posible la liquidación de sus divisas. También crece la desconfianza y se demoran decisiones de inversión.

Pero a su vez la brecha es un negocio reservado para algunos grupos privilegiados. Se trata de aquellos que tienen la posibilidad de acceder al dólar oficial, que no tiene nada que ver con el valor de la divisa que se consigue “en la calle”. Ese tipo de cambio oficial es de $ 78, mientras que adquirir divisas a través del dólar Bolsa supera los $ 144 y vía contado con liquidación los $ 155.

Ya pasó antes

No hay nada de original en la etapa que se avecina en la Argentina. Ya se vivió en el anterior cepo y en otras experiencias con tipos de cambio múltiples. En Venezuela la que sacó provecho fue la “boliburguesía”, los empresarios amigos del gobierno chavista, los que se alzaron con verdaderas fortunas, obviamente con la complicidad de los funcionarios que respondían a Hugo Chávez. Todo duró hasta que se terminaron los dólares y no quedó nada por repartir.

Para entender por dónde pasa el negocio de la brecha basta con repasar el funcionamiento del dólar “solidario”. Los pequeños ahorristas aprovecharon para hacer el famoso “puré”, es decir compraban divisas al tipo de cambio oficial (más 30% del impuesto PAIS) y luego lo vendían un 30% más caro en el paralelo. Esto significaba un “sobresueldo” de alrededor de $ 6.000 por mes. Hasta que el Banco Central decidió restringir la operatoria.

Las oportunidades de arbitraje están a la orden del día. Ya no por pequeños montos como con el dólar solidario, sino por sumas millonarias. Con otro componente: no es para todos, sino para algunas empresas que podrán seguir accediendo al mercado oficial. Y siempre con el visto bueno de los funcionarios de turno.

 

 

fuente: infobae

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