En el mercado ven al aumento de ingresos al que aspira el Gobierno por suba de impuestos y a la discrecionalidad que le concede haber frenado los aumentos automáticos de jubilaciones como un mayor margen fiscal para 2020. Y eso implica una negociación más favorable de la deuda.

Los bonos soberanos en dólares, castigados con dureza luego del sorpresivo resultado de las primarias presidenciales de agosto y en baja desde el inicio de la crisis de balanza de pagos de 2018, se recuperaron con fuerza durante dos días luego de que se conocieran los detalles del proyecto de Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva. La lectura entre los tenedores de títulos de la Argentina es que el nuevo ministro de Economía, Martín Guzmán, parece estar haciendo todo lo que está a su alcance para atacar el problema que más les preocupa: el fiscal, que es el que define la capacidad de pago de la deuda.

Entre operadores del mercado de renta fija, analistas y fondos de inversión reinaba la sorpresa por la audacia del proyecto de Ley de Solidaridad Social y Emergencia Económica. Aunque el proyecto ómnibus alterna aumentos de impuestos con subas en los gastos, el saldo genera una contracción cuyo efecto fiscal todavía no logran precisar pero, entienden, es ambicioso y no está carente de riesgos desde el punto de vista político.

“Evidentemente en el Gobierno saben que con las cláusulas de acción colectiva (N. de la R.: previsiones en los contratos de los bonos que obligan a conseguir un cierto porcentaje de adhesión para forzar el canje total del título) en la cancha y las tasas 0% en el mundo los bonistas te pueden tener un rato largo on hold. Entonces como el Gobierno no tiene para poner sobre la mesa superávit fiscal, tiene que hacer un reperfilamiento de la deuda no tan agresivo para que lo acepten y pasar esa hoja rápido como quieren”, dijo un operador de un banco extranjero. “El golpe a los jubilados, los impuestos y las retenciones son un poco la evidencia de que tampoco les da lo mismo el déficit y, por otro lado, las trabas al dólar muestran que quieren preservar el superávit comercial sin devaluar”, agregó.

La sorpresa movió al mercado. Los precios de los bonos argentinos registraron subas de entre el 5% y 8,8% el mismo día en que el proyecto de Ley fue girado al Congreso. La recuperación continuó y el riesgo país atravesó el piso de los 1900 puntos, su menor valor en dos meses. Con ese repunte, las paridades de esos papeles alcanzaron niveles del 45,8% en promedio según Portfolio Personal Inversiones.

La paridad de un bono es la porción del “valor técnico” de cada papel que representa la cotización actual, siendo ese valor lo que debería pagar el Tesoro si quisiera rescatar a ese mismo bono en un momento dado sin ningún tipo de quita ni de capital ni de intereses. Es decir, el capital original más los intereses que haya acumulado hasta el momento del rescate. Es un concepto importante en el caso de reestructuración, como la que planea el Gobierno, porque dados los precios a los que cotizan los títulos de deuda muestran una previsión de qué tan agresiva esperan los inversores que sea la renegociación.

Al mirar las paridades de bonos Ley Extranjera, para los que en caso de litigio el Gobierno tiene que defenderse en los ásperos tribunales de Nueva York, se ve que en promedio cotizan al 47% de su valor técnico. En el caso de los bonos Ley Local, sujetos a los más amigables tribunales argentinos, las paridades están en torno al 44,2%. Esto es porque uno de los escenarios que contempla el mercado es una reestructuración rápida y más agresiva de la deuda Ley Local que de más tiempo a negociar una salida más amable para los tenedores de bonos Ley Extranjera.

Ese esquema, calculan, permitiría eludir la concentración de pagos que arranca en el segundo trimestre del año que viene y extender hasta fin de 2020 el margen para llegar a un acuerdo con los tenedores de bonos Ley Nueva York.

fuente. infobae

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