Letras de Fuego / Comentario / Por Manuel Ernesto Rivas*. El mundo de las letras llora esta despedida del gran poeta bandeño, Carlos Artayer, pero más su micro universo santiagueño y la región, que tanto hermanó a lo largo de una dilatada trayectoria.

Una noticia que no quería confirmar

Carlos Artayer se abrazó al infinito esta mañana otoñal de sábado 18 de mayo. Recibí la noticia de modo indirecto, como les suele pasar a los periodistas, y quise aferrarme a la esperanza de aquellos inconscientes que venían anunciando apócrifamente su deceso.

Pero la realidad era contundente. Confirmé luego con los amigos de la vida que compartíamos su cariño, que el gran poeta santiagueño y mejor persona, había emprendido la travesía de la palabra guiado por las luciérnagas de la eternidad.

El encuentro de Chilecito

Lo conocí en el Encuentro de Escritores al Pie del Famatina, organizado por la Sociedad Argentina de Escritores de Chilecito, en La Rioja. Me tocó compartir mesa de lectura con él y con el escritor y periodista tucumano Roberto Espinosa.

Previamente me sentí nervioso, como si estuviese en un debut de grandes ligas, pero la charla que tuvimos en el desayuno con Carlos Artayer y su esposa Susana Lares, me mostró un ser de gran humanidad en directa proporción a su humildad.

Entre grandes de la literatura regional

Yo sabía que era una verdadera leyenda viviente de las letras santiagueñas, lo mismo que Alfonso Nassif, Lucía Carmona, Héctor David Gatica, Stella Bernasconi (La Rayito), Melcy Ocampo y otros grandes autores de la región que estaban allí.

Pero todos, y muy especialmente Artayer, hicieron añicos todos los nervios que pudiera haber tenido, a fuerza de charla y de lecturas compartidas con el mate cocido y las tostadas con la dulce mermelada de la amistad.

Un alma fértil en valores

Después coincidimos en otros encuentros, como el que se realizó en Santiago del Estero como justo homenaje a Betty Alba, quien había sido su amiga. Ese gesto de homenaje a la amistad, pinta su alma fértil de valores y luces.

Me atrevo a despedir a un grande, otros tendrán más autoridad que yo, que no soy nada, para hablar de su producción y legado literario. Yo solo puedo despedir al hombre, al ser de luz que la humanidad debería clonar por millones.

Hoy se va un gran poeta que dejó la huella de fuego de su palabra, un amigo al que muchos lloraremos, un ser universal que volverá a través de sus palabras y que nacerá, si la eternidad nos lo devuelve, sin dudas, como un hacedor de la poesía.

Travesía de la palabra

Voy a pronunciarme
en gozos,
en ojos,
que golpean puertas
de temblores y escalofríos
latentes más allá
del tótem, del ojo avizor
que tamiza la memoria.
Intentaré decir
el hueso de mi alma,
resonancias
de entrañables antepasados
y quimeras.
Pero es idioma de otro mundo
o acaso olvidé esa palabra
al pie de la torre,
el vocablo con que es posible
derribar los muros
del lenguaje humano
sustancial y eterno,
sigo estelar,
el Signo.

 

Carlos Artayer (Travesía de la palabra, Lucrecia Editorial, 2011)

Biografía de Carlos Artayer

Otros dirán en la biografía que hoy dejó este mundo, pero yo digo que Carlos Alberto Artayer, poeta bandeño amerita una larga trayectoria en las letras y es reconocido en el país y en el extranjero.

Desde sus primeras producciones, su voz se presenta con matices singulares y un profundo eco telúrico proyectado a la región y al mundo, allí donde el hombre sea el protagonista de su historia y su paisaje interior, lo que ha validado con premios y distinciones.

Su extensa obra poética y narrativa se halla dispersa en numerosos trabajos antológicos y ha publicado “Luz fabulada y otros poemas” (2022), “Tierra macha” (2010).

Integra la selección de “Poesía Argentina Contemporánea”, de la Fundación Argentina para la Poesía (2008). Gran parte de su producción permanece inédita.

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