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El paisaje cotidiano de ciertos barrios porteños, en particular Recoleta, suele presentar situaciones como éstas. Una mujer adulta mayor, bien arreglada, acompañada por otra más joven, con delantal o uniforme, que indica que trabaja como empleada doméstica.
Una foto con el registro de un momento así, en donde la muchacha además arrastra el ” changuito” de las compras, se viralizó desde la cuenta de un militante kirchnerista en Twitter cuyo usuario es @yoDaniel77.

La frase peyorativa que acompañaba la imagen decía: “El asco clasista que da salir a caminar por Recoleta”, en referencia a la indignación que le daba observar una escena de “servidumbre”, que le pareció extraída de un pasado cuasi de esclavitud.

Frente a tal propagación de la instantánea no tardó demasiado en llegar a los ojos de una de sus protagonistas: ni más ni menos que la muchacha del uniforme de doméstica, quien en un hilo de Twitter quiso darle contexto a la fotografía explicando su historia de vida, y reivindicando el uso público de la ropa que la identifica como “al servicio de la señora”.

“Abro este hilo a raíz de este twitt, mi nombre es Lucero soy Boliviana y radicó en Argentina hace ya 7 años, tengo 26 años, actualmente trabajo atendiendo y cuidó dos personas adultas mayores, acá en Argentina estudie enfermería, pero, debido a que estudio dos carreras más, tuve que buscar un empleo de acuerdo a mis tiempos. Gracias a Dios encontré mi actual laburo. A los abuelos les cocino, les ayudo con su ropita, les ayudo a bañarse y los fines de semana hacemos compras y nos vemos como en la foto”, indicó en los dos primeros mensajes la joven Lucero, nacida en Bolivia, quien además agregó una foto de su rostro, ya que en la imagen viralizada sólo se la ve de espaldas con uniforme de doméstica.

AGRADECIDA DE PRESTARLES SU SERVICIO

En relación a su situación laboral actual agrega: “Me pusieron en blanco, me pagan lo que yo considero justo, me gusta el barrio de Recoleta, y el punto es que no veo nada de malo en la foto “clasista”. Con los abuelos reímos, lloramos, nos contamos anécdotas, y aunque debo admitir que venimos de clases sociales muy distintas, ellos siempre me han tratado con respeto. Cuando tengo que rendir, me dan una o dos horas libres para que estudie y un lugar con todas las comodidades. En épocas de finales me ayudan más, incluso dándome días libres y pagándome de todas formas” agregó la muchacha profundizando la explicación que “defiende” a sus patrones del acomodado barrio porteño.

 

Choque de culturas pero con respeto

“A veces chocamos en culturas, pero nunca me discriminaron. Yo los estimo muchísimo, siempre les digo que cuando me reciba quiero que esten allí conmigo, obviamente tenemos nuestros parámetros y barreras de trabajo”, señala Lucero, quien a párrafo siguiente arremete contra el autor del mensaje que la lastimó estigmatizando su oficio de doméstica.

“Me parece muy idiota él twitt que hizo Daniel K, sobre todo por su referencia. Obviamente deben existir personas malas y explotadoras, pero, el problema es su estigma, sólo por que es de “Recoleta” yo he tenido otros laburos, donde personas de mi misma colectividad en los suburbios me han explotado de la peor manera, pero, no me quedaba de otra porque laburo es laburo, mientras se encuentre algo mejor. Siempre el trabajo nos dignifica como personas, y para finalizar cuando mis abuelos me cuentan las historias de todo lo que tuvieron que hacer y esforzarse para tener todo lo que tienen hoy en día, no siento nada de envidia ni rencor, al contrario los admiro demasiado!”, dice, llamándolos “mis abuelos” a sus patrones para quienes presta servicio.

Luego agrega a manera de post data: “Pd. la abuelita me borda a mano mis uniformes de la facu y los que uso para trabajar también y es hermoso!”.
fuente: airesdesantafe

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