La solidaridad le devolvió las piernas

prótesis-para-Valentin
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Cuando en agosto de 2015, el ingeniero Edgardo Karschti, decidió adquirir una impresora 3D, nunca imaginó que un año después tendría por delante el desafío de construir las prótesis que le permitirían caminar a Valentín Benítez.

Valentín es un chico de 8 años proveniente de la localidad bonaerense de Laferrere. Entre ese lejano primer paso de la compra de tecnología y el segundo, en el que los ojos brillantes de alegría coronaban los primeros pasos de Valentín, sin el andador de madera realizado por Pablo, su padre, se dieron otros pasos que permitieron llegar a ese resultado.

“Estamos frente a lo que podría ser la tercera revolución industrial”, lanza el ingeniero, docente de la Facultad Regional Tucumán de la Universidad Tecnológica Nacional (FRT-UTN), quien luego reconoce que cuando llegó la impresora desarmada le entró la desesperación, pero su amigo y colega, Emilio Merchant, lo ayudó. Luego, comenzó la exploración y experimentación. “Me propuse la meta de hacer un gran proyecto en 2016, aunque no tenía idea de qué se trataría. Hasta que vi el desesperado mensaje de Karina, la mamá de Valentín, y me jugué al decirle que lo íbamos a intentar”, dice el ingeniero Karschti. Luego vinieron los llamados, invitó a Andrés Godoy y María José García Cabello, estudiantes de Ingeniería Biomédica de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Los tres conformaron un equipo que en base a conocimiento y, movidos por la solidaridad, hicieron realidad las prótesis que permitieron caminar a Valentín. Los costos saltaron a la vista, mientras una prótesis nacional sale 50 mil pesos, la que le realizaron a Valentín tiene un costo de 500 pesos.

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El niño estaba desanimado y no concurría a la escuela, quería que sus compañeros lo miraran a los ojos a la misma altura. Las prótesis no sólo le devolvieron las piernas, sino que lo hicieron recuperar la sonrisa y los sueños de crecer como cualquier otro niño. Luego vinieron distinciones de la UNT y mimos como conocer la cancha de Atlético Tucumán y sacarse fotos con los jugadores. La lección esta vez la dieron estos tres tucumanos, que se unieron para decir que la solidaridad es más importante que los negocios.

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