La rebelión de la poesía en globos negros y miles de volantes

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La rebelión de la poesía | En el mundo literario, la poesía vendría a ser una especie de Cenicienta, a la que las editoriales le dan escaso espacio. Pero esa actitud del mercado no puede extinguir la llama propia de quienes eligen los versos para cifras sus mensajes.

De eso entiende mucho el escritor, poeta y periodista, Alejandro Gil, quien ha llegado de mil maneras a sus lectores, en especial en el formato de los volantes callejeros. Para profundizar un poco en esa eterna rebeldía que lo pinta de cuerpo entero, Diario Cuarto Poder mantuvo con el autor el siguiente diálogo:

-¿Cuándo descubrió su vocación poética?
-Desde chico tuve esa facilidad. A los 18 años tenía escritos muchísimos poemas que no mostraba a nadie. Llegué a estudiar Ciencias Económicas para seguir con una tradición familiar, que finalmente dejé faltando rendir doce materias, pero allí hice una antología con trabajos de estudiantes de esa Facultad, que creo que fue la primera y única.
-¿Esa antología fue de alguna manera su debut literario?
-Conocí a muchos jóvenes con la misma inquietud y realicé tres antologías, entre ellos estaban por ejemplo, trabajos de Anselmo Lago y de Leopoldo Deza, con quien después hice un recital poético en el Centro Cultural Virla. Pero mi primer trabajo propio fue “Sobre Poesía de la Calle”.
-¿En qué consistía?
-Era una especie de sobre largo con poesías dentro. Era un modo distinto de acercar la poesía a la gente. Después publiqué Poesias de Azulejos (1995) y Las Últimas Babas del Dragón (1996), con lo que fui consolidando mi trabajo poético.
Paralelamente comencé a colaborar con publicaciones en distintos medios de comunicación. También me presentaba en eventos escolares y en donde se requería de charlas relacionadas a la producción literaria. También hice radio.
-¿En dónde hizo radio?
-Entre 1994 y 1996 hice el programa “La lupa mágica de la palabra” en Radio Universidad. Allí pasábamos muy buena música, poesía y jugaba mucho con la edición. Ahora retomé las emisiones radiales pero esta vez en RadioCaput.com, una radio de Buenos Aires que transmite por Internet.
-¿La poesía toma otra dimensión en la radio?
-Es un canal que puede ser buscado por quienes quieren escuchar poesía, pero, en mi caso, apelo a la mayor cantidad de posibilidades. Es por ello que dentro de mi producción hay más de 90 mil poemas que llegaron a la gente en formato de volantes callejeros.
Considero que es uno de los medios más elegidos para ser el vehículo que haga llegar mi mensaje a la mayor cantidad de personas posibles. Muchas veces lo hago en fechas especiales, que ya se convirtieron en una verdadera tradición.
-¿Se puede despertar la magia de la poesía en los demás?
-Cada uno puede descubrirla en su interior, pero también ayudo a eso en los talleres de arte y escritura para niños (de 6 a 10 años), que dicto junto a una licenciada en Artes Plásticas, en Lamadrid 1457, todos los sábados de 17.30 a 19.30.
Mientras que para los jóvenes y adultos hay una propuesta literaria los jueves desde las 19, en Lola Mora 54, de la ciudad de Yerba Buena. (número de contacto para los interesados en participar: 3815050923 o Alejandro Gil en Facebook).
-¿Qué temática le gusta tocar en sus producciones poéticas?
-Mis poesías hablan sobre todo. El amor está presente, pero me gusta marcar las hipocrecías del mundo y dejarlas al descubierto, como sucedió en 2016 con los “Globos negros del Bicentenario”, que impulsé con éxito y se transformó en algo que se reedita todos los años en distintas partes del mundo.
Los-Globos-Negros-del-Bicentenario-fueron-una-iniciativa-del-escritor-Alejandro-Gil
Los-Globos-Negros-del-Bicentenario-fueron-una-iniciativa-del-escritor-Alejandro-Gil
Fue una manifestación cultural, artística y social que impulsé ese año. Mientras Macri homenajeaba al rey de España, nosotros soltábamos mil globos negros inflados con helio para recordar el avasallamiento español a los pueblos originarios, entre otros atropellos que habían quedado de lado en el clima festivo que quiso darle el Gobierno nacional al bicentenario.
-¿Qué repercusión tuvo?
-Fue tal la repercusión que se replicó en distintas ciudades del país y hasta en el exterior. En muchos de los lugares que visita Macri en el mundo, lo esperan con globos negros. Mi idea fue tema de una tesis en la Universidad Arturo Jauretche. Este año se hizo de nuevo con 1500 personas y con el acompañamiento de más de 11 mil personas en Facebook.

-¿Cómo surgió la idea de difundir poesía con volantes callejeros?
-Escribía y escribo mucho. Entonces me pregunté qué iba a hacer con todo eso. Y decidí regarlarlos en la calle, a través de intervenciones e instalaciones en plena vía pública.

-¿Puede contarnos algunas de esas intervenciones?
-La primera que hice fue llenar de volantes todas las facultades de la UNT, con un trabajo que se llamó “No te enamores de un poeta”. En 1988 y 1989 pegué afiches en todo el centro, en homenaje a Gerardo Van Mameren, con un poema titulado “Si yo tuviera 20 años menos”.
Más cerca en el tiempo, en especial los 8 y 24 de marzo, arrojé desde lo alto del sector peatonal del microcentro, globos con poemas atados, o lancé pequeños paracaídas con poemas y un chupetín.
-¿Qué reacción tiene la gente?
-Se sorprende primero, y cuando se dan cuenta de que se trata de poesía, sonríen. Esa sonrisa vale todo el esfuerzo previo que se realiza.
-¿Esa sonrisa es tu más grande premio?
-No. También lo son las pequeñas grandes victorias que no necesariamente son propias. En 2014 presenté un video llamado “Juan González Poeta”.
Era una entrevista que le hice a ese gran poeta, que murió hace dos o tres años, en el asilo en donde vivía. Una semana después de la presentación, su hija, Inés González, que vive en España, me llamó para decirme: “apareció mi hermano en el Pozo de Vargas”.

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