“La metáfora me suena como inconsciente, pero está incorporada en mí”

Letras de Fuego / Entrevista. Compartimos la entrevista realizada al poeta bellavistense Luis Alberto Ibarra, por Alejandra Burzac Sáenz y Manuel Rivas, en el programa radial de la SADE, “Letras al aire”, que se emite los lunes por Radio Universidad.

Alejandra Burzac Sáenz (ABS): —Hoy, en “Letras al aire”, tenemos el placer de recibir la visita de un amigo, escritor y poeta de Bella Vista, Luis Alberto Ibarra, que está por publicar su primer libro, “Numen de tapera”. Ahora escucharemos un audio enviado por la escritora santiagueña Stella Maris Incola Crespo, que tiene a su cargo el prólogo del libro:

(Audio) “De qué sirven los caminos recorridos, si no pueden encontrar la luz / prometida en mi destino”, dice Luis Alberto Ibarra en su libro.
Buenas tardes a quienes integran Radio Universidad y a toda la audiencia. Buenas tardes al amigo querido, artista, poeta, Luis Alberto Ibarra. Ese preámbulo de la presentación de su obra poética “Numen de tapera” poemas; esa divinidad que marcha al lado de los dioses, musa inspiradora espléndida, mágica, que convierte la soledad y las sombras en templo iluminado por los sueños.
De las palabras del autor bebemos el buen vino espiritual de esta obra, recorreremos un camino consustanciado con el universo y en todo lo que en él nace y nos contiene. Desde Génesis, su primer poema, Presagios, Caminos y Raíces de mi tierra, canta a su tierra, al paisaje de su tan amada tierra, Bella Vista, “Ciudad de pájaros, corazón de azúcar”, dice Luis Alberto de su tierra.
“Mujer morena, pollera verde y amplia, ojos de miel, nido de esperanzas, un aroma dulzón deambula por las calles y las plazas. Tu corazón es un trapiche inmenso alimentado de amor, sudor y calma, de poesía, de vino y de guitarras”, un precioso fragmento que dedica a su ciudad de pájaros y corazón de azúcar a su amada Bella Vista.
Así, a través de 39 poemas transcurre el vuelo poético de Luis Alberto Ibarra, en una obra plena, profunda, dulce, y con la tristeza, a veces, que nos atraviesa con la espada de las realidades que no escapan a su mirada abarcativa, en un lenguaje lírico pero sencillo, metafórico, con simbolismos e imágenes que leen todos los corazones. Una obra poética que toca las almas que aman, lloran, se emocionan, sufren y gozan, se conmueven y abrazan a la naturaleza y al cosmos.
Señoras y señores, es un placer saludarlos a todos ustedes desde mi Santiago querido, les habla Stella Maris Incola, también en el camino de la poesía, por eso lo entiendo tanto y es admirable su obra, su primera obra de Luis Alberto a quien felicito con todo mi corazón. Bellísima obra la tuya Luis Alberto. Felicito a todos los tucumanos por tenerte y por tener tan maravillosos poetas. Conozco a muchísimos de ellos y he compartido recitales también, por eso los abrazo con todo mi corazón, los felicito y te felicito. Este libro es maravilloso, es precioso. Muchísima suerte. Un abrazo para todos.
El entrevistado, Luis Alberto Ibarra, junto a Alejandra Burzac Sáenz y Manuel Rivas.

ABS: —Después de esta introducción, invitamos a Manuel Rivas, un especialista en entrevistas, a que dispare la primera pregunta.

Manuel Rivas (MR): —Muchas gracias, Alejandra. Bienvenido Luis ¿Puedes explicar ese nombre enigmático que le pusiste al libro?

Luis Alberto Ibarra (LAI): —En uno de los encuentros en la Universidad Tecnológica, leí un poema que escribí para mi casa, porque perdí a mi madre (se emociona un instante) hace poco tiempo y me cuesta volver a mi casa. Ese día comentaba que crecí en un hogar muy humilde y me costó salir adelante, pero nunca reniego de eso. Elegí “Numen de tapera”, porque esta inspiración viene desde abajo. Conocemos bien a fondo esa parte, no sé si llamarle triste, pero es hermosa de la vida.

MR: —¿Tu madre tuvo alguna influencia en esta vocación poética?

LAI: —Mi madre hablaba con sus gestos, con su sonrisa, con su mirada. Influyó más en la parte artística, porque me gusta hacer teatro y mi madre, me puso un nombre, Luis Alberto, que ella lo eligió del nombre de un actor de radioteatro (risas). Ella escuchaba radioteatro y eligió ese nombre. Podría haber elegido el nombre de mi padre, que se llamaba Néstor, pero ella eligió ese. Fue un poco como un mensaje.

MR: Luis Alberto era más artístico (risas).

LAI: —Mi madre me apoyó toda la vida. Mi padre también, obviamente. Yo amo la música y, en lo humilde que éramos, yo tenía todos los discos. Me compraban los discos. Me gusta mucho el rock y tenía todos los discos. No sé de dónde sacaban ellos, pero me compraban los discos. Así que les estoy eternamente agradecido.

MR: —¿Cuál es la temática de los poemas que integran este, tu primer libro?

LAI: —Son temas diversos. Soy muy romántico. Le escribo mucho al amor, también tengo algún poema social, como Reminiscencia, que decidí dedicárselo a Isauro Arancibia, la primera víctima del último golpe militar. Tengo otros que hablan del ambiente en donde uno vive, como decía Stella Maris, para Bella Vista, para Argentina.

MR: —Bella Vista es un pueblo que resistió el cierre del ingenio…

LAI: —Sí, Bella Vista es azúcar. En la última estrofa de un poema que le hago a Bella Vista digo: “un trasgo albo camina misterioso por tus calles, con un espejo gigante entre sus manos, si te miras en él, ves al ingenio y al ingenio abrazando a sus hermanos, porque hemos sido azúcar, hemos crecido del azúcar y hemos sentido morir el día que querían cerrar el ingenio. Salió todo el pueblo, salió la Iglesia, todos hermanados para defender porque respiramos azúcar.

ABS: —Hay una película tucumana que habla de esa lucha y del genocidio que se concretó ante la resistencia, cuya primera víctima fue una mujer, lo que constituyó un caso de violencia de género…

LAI: —Ella era Hilda Guerrero, que era de Santa Lucía. Murió en la gesta por salvar el ingenio.

MR: —Vos hablas de tu pueblo, de tu hogar, de tu madre, del amor, muchas veces hemos escuchado poemas de amor muy hermosos ¿Cómo es la mecánica a la hora de escribir?

LAI: —No soy yo el que escribe. Es alguien que me visita, que me inspira y que me obliga a escribir y que me saca cosas. Quizás yo no tenga la claridad para transmitir lo que ese ser me dice, pero me visita a deshoras de la noche. Tengo un poema escrito a las 4 de la mañana en uno de los lugares más raros de la casa. Cuando venía al trabajo, a mí que me gusta mirar el mundo, que es una obra de teatro inmensa, y uno va mirando la gente que interpreta esta obra de teatro. El que va corriendo, el que va en la ambulancia, el policía, cada uno en su papel, es fascinante eso.

MR: —¿Cómo te llevas con la metáfora?

LAI: —Está incorporada la metáfora en mí. Como te decía, me suena como inconsciente, pero está incorporada. Estoy disparando metáforas en casi todos mis escritos.

MR: —Más allá de esa entidad invisible y todo poderosa que te lleva a escribir, ¿qué otras cosas te mandan ante la hoja en blanco?

LAI: —Ese duende que me visita un poco asiduamente, con la música, con los recuerdos, con las estaciones también.

MR: —¿Te gusta cantar?

LAI: —Me gusta cantar, pero no me considero cantor.

ABS: —Es un gran tenor. Lo escuché en el teatro, pero le gusta mentir así cuando tiene audiencia. Lo vi en el Teatro San Martín haciendo un personaje en El Quijote. Fue maravilloso. Casi morimos infartadas dos integrantes de la SADE que estábamos presentes. Casi morimos de orgullo (risas).

MR: —El don del canto va emparentado con la poesía en la musicalidad…

LAI: —Son hermanas, en sí el arte y la música.

MR: —¿Qué esperas de este primer hijo que es “Numen de tapera”?

LAI: —Espero algo sencillo, quedarme un poco entre la gente, los amigos. No tengo intenciones de éxito, simplemente que quede la pequeña huella de uno marcada y que quizás pueda servir de ejemplo a la gente que viene por detrás. No pido nada más. Estoy muy agradecido con toda la gente que me ayudó. Pasamos una época de pandemia terrible, pero teníamos una presidente de la SADE que jamás nos abandonó. Ella dijo: “vamos a hacer libros virtuales”. Soy agradecido de Alejandra Burzac Sáenz, que siempre nos ha apoyado y nos invita a todos lados.

MR: —Estuvo en el bote virtual tirando salvavidas para todos lados (risas).

ABS: —Ustedes no se dan cuenta que me salvaban a mí también. ¿Qué hacía una hiperkinética como yo sin hacer nada? Me hubiera suicidado, me tiro del piso 13… (risas).

LAI: —No quiero dejar pasar la oportunidad de saludar a la gente que está colaborando con mi libro, que es la gente de Cultura de Bella Vista, a la concejala Ana Paula Quiles, Mónica Moreno y José María Medina, que me están ayudando muchísimo, sobre todo en la parte económica y mucha gente que apoya a la cultura.

MR: —La verdad es que hay que ser agradecido.

ABS: —Así es, para que sigan llegando las bendiciones. La verdad es que ha sido un lujo, lástima que el tiempo sea tan tirano. Pero te invitamos a que vengas con tus poemas en próximos programas de “Letras al aire”, por Radio Universidad.

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