Jorge Consiglio presentó el libro “Mamá” en Buenos Aires, en la librería Eterna cadencia

Jorge Consiglio presenta la versión bilingüe del libro "Mamá", de Fabián Soberón. Foto: Alejandra Pultrone.
Por Fabián Soberón* para Diario Cuarto Poder / Presentación de “Mamá” en Buenos Aires. El primero que habló fue José Guillermo Godoy, director de la flamante editorial Aurora y presidente de la Fundación Federalismo y libertad. José presentó la idea del catálogo de literatura, habló del propósito de la Fundación y se refirió al libro Mamá como una novela.

Como lo hizo en artículos, en cafés, en conversaciones con amigos, Jorge Consiglio desplegó su arte del análisis. Hizo foco en el libro Mamá – Mother considerando tres ejes: estructura, diseño de personajes y prosa. Respecto a la estructura dijo que el libro está compuesto por 40 fragmentos y un epilogo. Cada fragmento es bastante autónomo, casi completamente autónomo, con una intriga propia, un desarrollo propio y un cierre absolutamente propio. El trabajo consistió en unir esos fragmentos sin seguir un orden lineal. Agregó que hay un excelente trabajo con la elipsis.

Consiglio se refirió al diseño de personajes y proporcionó una tipología. Respecto a la prosa dijo que el uso de los adjetivos se relaciona con el interés en poner énfasis o en enfriar, de alguna manera, la distancia para armar la descripción o el recorrido narrativo.

Recomendó la lectura del libro con énfasis e invitó al dialogo. Me hizo un par de preguntas y el público agregó otras. En el medio Jorge hizo observaciones y pudimos hablar del cruce entre no ficción y ficción. Yo dije que aunque el material o el punto de partida fuera una historia real, el proceso de escritura me obligó a pasar ese material por una especie de embudo, el embudo de la ficción. Al pasarlo por allí todo se transformó. La forma, la manera, el tratamiento modificó el asunto, las incógnitas, las cuestiones a narrar. Una persona me preguntó si había cambiado alguna frase o si había modificado el texto entre la primera edición y el libro que se presentaba en Buenos Aires. Conté que el traductor era David William Foster, el célebre profesor de la Universidad de Arizona y gran difusor y estudioso de la literatura latinoamericana en Estados Unidos. David murió en 2020. Por esa razón, yo no podía modificar el texto ya que eso hubiera implicado modificar la traducción y David no estaba entre los vivos para hacerlo. Si lo buscaba y lo encontraba, y David me respondía, yo iba a estar metido en un gran problema.

Una persona me preguntó sobre las respuestas de los lectores, ya que el libro se había publicado por primera vez en 2013. Dije que se podría armar una tipología de lectores con dos modalidades extremas. A partir de ahí se abre un arco con respuestas intermedias y diversas. En primer lugar, está el lector que lee el libro como una crónica fiel, como si fuera una copia de la realidad. Ese lector no considera la instancia de mediación de la escritura. Ya sabemos que toda escritura implica una ruptura con el modelo de partida, en este caso la realidad real. En el otro extremo, está el lector extranjero (ejemplo: la escritora norteamericana Chris Kraus), aquel que no conoce la Argentina ni la provincia de Tucumán. Para ese lector, todas las referencias espaciales, históricas y  familiares son extrañas, desfasadas, lejanas. Ese lector lee el libro como una ficción y no le exige al libro ninguna explicación sobre su relación con las fuentes. En este extremo, los personajes son unos fantasmas.

Después, ante el comentario de un asistente, hablé de lo que se podría llamar el desafío Evaristo Carriego, eso que Borges tuvo que enfrentar al escribir un libro sobre un poeta menos relevante que otros de su tiempo. El problema para Borges consistió en escribir un buen libro con un material poco difundido o irrelevante. En mi caso, el desafío fue elaborar una pieza con dignidad literaria, una clepsidra entre lo real y la imaginación, a partir de la vida común de mi madre, una vida anodina, no literaria, se podría decir.

Al termino del dialogo, la música Marcela Gleiser tocó con su charango una versión personalísima de la canción “Madre”, compuesta por Pablo Santi y con letra de mi autoría. Siguió el brindis y las conversaciones y los intercambios cálidos con los lectores interesados.

*Datos biográficos del autor

Fabián Soberón nació en Tucumán, Argentina. Es Licenciado en Artes Plásticas y Técnico en Sonorización. Se desempeña como Profesor de Teoría y Estética del Cine y Comunicación Audiovisual en la Universidad Nacional de Tucumán.

El escritor Fabián Soberón.

Obtuvo la Beca Nacional de Creación otorgada por el Fondo Nacional de las Artes. Colaboraciones y ficciones suyas se difunden en ViceVersa, Infobae, Hispamérica, Suburbano, Perfil y La Gaceta. Integra varias antologías.

Fue traducido al inglés, al francés y al portugués. Presentó sus libros y sus documentales
en universidades y otros espacios de Estados Unidos, Francia, Alemania, España, Islandia, Puerto Rico y Suecia.

Publicó la novela La conferencia de Einstein, los libros de relatos Vidas breves y El instante; las crónicas Mamá. Vida breve de Soledad H. RodríguezCiudades escritas y CosmópolisRetratos de Nueva York; la nouvelle Las gallinas; el volumen 30 entrevistas y El viaje inmóvil. Cine del norte argentino.

Como director de cine, realizó Luna en llamas. Sobre la poeta Inés Aráoz. Alas, Sobre el poeta Jacobo Regen y Groppa. Un poeta en la ciudad, entre otros documentales.

Comments

Comentarios