La Municipalidad capitalina lo usa de depósito. Sí, aunque cueste creer, el mausoleo perteneciente a la familia de Alfredo Guzmán y su mujer, Guillermina Leston, en el Cementerio del Oeste, es utilizado para guardar diversos elementos por los empleados de ese lugar.

El estado de abandono, sin embargo, deja adivinar el momento de esplendor de la construcción, que cuenta con un relieve de gran belleza, en el que aparece como protagónico un trabajador, en cuyo fondo se brinda un homenaje a un entorno agrícola e industrial, con los cultivos y las chimeneas de un ingenio. La puerta de metal macizo está prácticamente separada por el daño en sus bisagras, y entreabierta, como se encuentra, deja ver mangueras y diversos elementos utilizados por los empleados municipales.

Además, se pueden observar papeles y archivos que se encuentran ubicados en los lugares preparados originalmente para ubicar a los féretros. Hay que recordar en este punto que los restos de este matrimonio benefactor de generaciones de tucumanos, reposan en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Merced, una de las obras producto de aquella generosidad sin límites, que colabora al esplendor de nuestra provincia. Sin embargo, la política municipal con respecto al citado cementerio es la de utilizarlo, como sucede con el Cementerio de La Recoleta en Buenos Aires, como un verdadero atractivo turístico, en donde los mausoleos de los grandes hombres y mujeres de nuestra historia puedan ser admirados por los turistas y visitantes. Próceres, ex gobernadores, ex intendentes, funcionarios, empresarios e industriales, además de artístas y religiosos, duermen el descanso eterno en la necrópolis municipal que se encuentra frente al Parque Avellaneda.


A poco de cumplir dos años la gestión, el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, no puede eludir su responsabilidad ni tampoco la afrenta que representa para el sector productivo, que recuerda con claridad el contra escrache en el que sus partidarios y funcionarios golpearon a productores del campo, luego de que en su carácter de diputado nacional votara en favor de las retenciones.


La cartelería que muestra el valor histórico y cultural de la necrópolis se destaca en las paredes blanquedas del entorno, como una invitación a conocer el pasado común. Las obras de arte de muchos de los mausoleos lo justifican plenamente, pero el manto del olvido no puede caer sobre la figura de un hombre que dejó tanto para los habitantes de estas tierras. Habría que preguntarnos si somos dignos herederos de esa generosidad sin límites, que carecterizó a estos hombres y mujeres que nos precedieron y dieron lecciones de humanidad.

El legado vivo de un gran benefactor

Alfredo Guzmán nació en Tucumán el 27 de mayo de 1855 y falleció el 14 de mayo de 1951, pocos días antes de cumplir los 96 años. Resumimos parte de sus logros junto a su esposa Guillermina Leston:
* Fundó la Quinta Guillermina en 1908, precursora del desarrollo citrícola.
* Propició la creación de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, en 1909.
*Adquirió a sus tíos de apellido Méndez, el ingenio Concepción, al que modernizó y transformó en ejemplo de producción.
* En 1904 donó a la provincia el edificio para la creación de la Sala Cuna.
*En 1914 creó la Granja Modelo, para pasteurizar la leche.
*En 1923 apoyó a la institución deportiva que desde entonces se conoce como Club Sportivo Alfredo Guzmán.
*Creó el Colegio Guillermina Leston de Guzmán en 1937.
*Fundaron los Hogares para Ancianos, San José (1942); y para Ancianas San Roque (1945).
*Concretaron una cuantiosa donación para la obra del Templo de Nuestra Señora de la Merced, que fue bendecido en 1950 y en donde descansan los restos del matrimonio.

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