Hilda García iluminó con luciérnagas poéticas la Feria del Libro de Buenos Aires

Por Manuel Rivas* / Letras de Fuego / Entrevista. La escritora catamarqueña presentó su libro de haikus “Luciérnaga en las hojas”, una obra que surgió desde su interior más profundo para mostrar las sensaciones en torno a la contemplación de la naturaleza.

—¿De qué se trata este nuevo libro “Luciérnaga en las hojas”?

—Es un libro de haiku. Es un desafío que me propuse porque realmente lo he sentido. A mí siempre me atrajo la cultura japonesa, pero toda mi obra está escrita de otra manera. Esta vez me senté a continuar una novela que tenía hace tiempo y, en lugar de recomenzar con la novela empezaron a caer los haikus.

—¿Por qué lo califica de desafío?

—Fue para mí todo un desafío porque no sólo respeto esa fórmula perfecta de tres versos de sílabas 5-7-5, sino que también he sido y soy muy respetuosa del espíritu que los anima, por ejemplo, el estado de contemplación, que se diferencia de la observación porque contemplar es como ingresar al templo. Y eso demuestra la sacralidad de la naturaleza, porque el tema central precisamente es la naturaleza.

—¿Por qué la naturaleza ocupa ese lugar?

—Porque así como la naturaleza nos alberga a nosotros, nosotros la tenemos que incorporar a través de esta modalidad a nuestro pensamiento, a nuestro sentimiento. Ella tiene mucho de religiosidad, de zen, de contemplación, de meditación, de valorar un espíritu que es el que la anima.

—¿Cómo enfoca la naturaleza en su libro?

—En este caso especial, si bien es cierto es una creación que caracteriza a la literatura japonesa, mi contemplación va a la naturaleza de nuestro paisaje, del NOA, de la Argentina en general, pero fundamentalmente de Catamarca, que es donde yo vivo, donde yo siento, donde tengo la posibilidad de contemplar. Sintetizo lo que para los japoneses significa contemplación, pasión y sentimiento intenso.

—¿Cómo sería eso?

—Por ejemplo, nos ponemos a contemplar la montaña y esa inmensidad de la montaña nos conmueve. Y a veces hay cosas tan inocentes y tienen mucho que ver con la inocencia, como la que puede tener un niño. Es el sorprenderse ante el estímulo que nos viene de afuera. En este caso, de la naturaleza que es la que nos contiene. Hay todo un proceso a sentir, a respetar, a pensar, y en eso de escribir los haikus me he sentido muy feliz, mucho más de lo que yo creía. Creí que era algo ajeno a mí y cuando me senté a escribir sentí que estaba dentro mío. Lo he escrito con una gran alegría. Cuando terminé, completé 120 haikus, que son los que contiene este libro. Me sentí muy en contacto y comunicación con la naturaleza.

—Usted es una escritora que aborda la narrativa y la poesía sin inconvenientes ¿Ha sido experimentación lo de los haikus?

—Podría decirse que sí, pero en realidad me ha venido de pronto y es lo que me ha sorprendido. Me ha venido de adentro. Cuando teníamos el diario La Unión de Catamarca, que yo era la responsable, me llegaba mucha información de las distintas embajadas. Escribí varios artículos sobre la cultura japonesa y se ve que todo fue incorporándose en mi interior. Después, el tiempo, la vida, la lectura, fueron presentando la situación que me llevó a escribir los haikus.

—¿Puede compartir alguno de esos haikus con nuestros lectores?

—Por supuesto, le recitaré dos de ellos:

Por la cornisa / de las altas montañas / pasan las cabras.

Una fogata / sube por la quebrada. / El cardón llora.

—¿Qué fue de la novela que estaba escribiendo?

—La seguí escribiendo. Ya voy por la mitad, unas 80 páginas o más. Por suerte suspendí su escritura, porque había hecho un curso sobre novela con un escritor muy experimentado. Me sentí contenida, porque me dio varias pautas. Eso me ayudó a cambiar la óptica, porque pasé de darle protagonismo a una desaparecida a darle ese rol al pueblo entero, un pueblo de campo. Espero que muy pronto esté concluida para darla a conocer a mis lectores.

*Fundador y director de Diario Cuarto Poder, profesor de Letras e Historia, periodista y escritor.

Datos de la autora

Hilda Angélica García, escritora catamarqueña, ha publicado los siguientes títulos de poesía: “Después volver”; “Los días del Amor”; “Memoria de la luz”; “Además el viento”; “Agua de sed”; “Antología poética”; “Moradores del sueño”; “Aire de invocaciones”; “Poesías”.

También ha publicado en los géneros poesía y ensayo.

Preside la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) Filial Catamarca, es miembro de la comisión directiva de la SADE central; delegada del Fondo Nacional de las Artes y Miembro Correspondiente de la Academia Cruceña de Letras (Bolivia).

Ha recibido, entre otros, los siguientes premios:

La Cámara de Diputados de la Nación la distinguió como “Mujer del Año” (1994).

La Comisión Tripartita CTIO del Ministerio de Trabajo de la Nación, la distinguió como Mujer Destacada en el Ámbito de la Cultura (2010).

Reconocimiento del Concejo Deliberante de San Fernando del Valle de Catamarca a su trayectoria literaria y contribución en la nominación de calles de la ciudad (2012).

Premio Luis Franco 2017, otorgado por Luis Franco Académie, a su trayectoria literaria.

Diploma de Honor del Honorable Senado de la Nación y SADE Nacional (2018).

Diploma de Honor de la Honorable Legislatura de la Provincia de Tucumán por su aporte a la literatura y la cultura (Día del Escritor, 2018).

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