asesino

Juan Pedro González tenía 74 años y había pasado buena parte de ellos ganándose la vida con la venta callejera de pan casero. El 26 de febrero de 2021, cuando volvía a su casa tras otra jornada de trabajo fue asesinado por una pareja de jóvenes, en un crimen que fue visto por millones de personas, gracias a una cámara de seguridad.

Imágenes dolorosas

En las imágenes se puede ver como Omar Leonardo Santana, de 22 años, dispara contra el hombre provocándole la muerte, mientras Karen Daiana Frías, de la misma edad, observa toda la escena. Luego se supo que el joven encañonó al hombre para robarle y que cuando este extrajo un arma para defenderse, lo asesinó.

El caso, que conmocionó a toda la provincia, llegó a juicio en la sala que integran los jueces María Alejandra Balcázar, Isolina Apas Pérez de Nucci y Bernardo L’Erario, quienes además de las imágenes, evaluaron el testimonio de la ex cuñada del autor de los disparos mortales, que desmintió al asesino.

Tuvo miedo

El joven en su declaración ante el tribunal aseguró que desde su primer delito, por el que accedió a una probation, no había vuelto a violar la ley hasta esa noche, y que aún entonces no tenía la intención de asesinar al panadero, pero que se defendió cuando la víctima comenzó a dispararle, porque sintió que su vida estaba en peligro.

Sin embargo Maria Elena Andrada aseguró que tanto él como su hermano, con quien formaba pareja en ese entonces, se dedicaban a robar, afirmando que Santana solía salir armado a la calle, y que después del asesinato enterraron el arma, pero nunca supo dónde porque su concubino la golpeó y la encerró varios días para que no hablara.

Testimonio clave

Este testimonio, sumado a las imágenes de la cámara de seguridad, terminó siendo clave para que el tribunal emitiera un fallo condenatorio, cuyos plazos de sentencia deberán ser definidos por otros jueces, debido a un recurso que fue interpuesto por los abogados defensores Juan Hermosa y su hijo, Cristian Alejandro, quienes no lograron probar su teoría del exceso en la legítima defensa.

Los condenados permanecerán detenidos por otros noventa días, plazo en el cual otro tribunal definirá si acepta el pedido de la fiscalía de 20 años de prisión para el autor del crimen, y diez años para su pareja, que pese a sus lágrimas no pudo convencer a los jueces de que ella no sabía que el padre de su hija había salido armado con intenciones de robo.

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