El rugido de los invisibles se oyó en la presentación del libro “Selva urbana”, de Nancy Olivera

Por Manuel Rivas* de Diario Cuarto Poder / Una noche mágica en Libertador San Martín. En esta expresión se resume la presentación del libro “Cuentos de selva urbana”, de la escritora Nancy Olivera, una autora con gran talento y profundo compromiso social.

Una misión con el peso de la responsabilidad

Cuando Nancy Olivera me pidió que prologara su libro “Cuentos de la selva urbana”, sentí una gran responsabilidad por la tarea, porque se trata de una verdadera animadora de la cultura de su provincia de residencia, Jujuy, y del Noroeste Argentino.

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El peso de esa responsabilidad menguó, lo mismo que los nervios, este viernes cuando participé de la presentación de esa obra impactante, en la Biblioteca Bartolomé Mitre, de la ciudad de Libertador General San Martín.

No era para menos. Las instalaciones estaban colmadas -pese al partido entre Argentina y Venezuela- y en el ambiente se respiraba una intensa expectativa por la nueva publicación de esta gran escritora nacida en Santiago del Estero, entre folclore y poesía.

Soltar la magia de ese caldero

La mente y el corazón de la autora se podrían comparar con un caldero mágico en el que se entremezclan los condimentos que transforman la dura realidad que reflejan sus cuentos, en ficciones que ponen a pensar al lector.

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Justamente destaqué en la presentación, su gran capacidad para transformar esa materia prima tan simple, como la situación de aquellos invisibles para la sociedad, en obra literaria que llama a la reflexión. Quien lee el libro, sale de él transformado, siendo mejor.

Niños de la calle, jóvenes caídos en las adicciones y el delito; mujeres golpeadas y asesinadas; políticos corruptos; ancianos abandonados a su suerte, son los personajes que desfilan en las páginas del libro.

Más que una cronista de su tiempo

Señalé que los periodistas somos cronistas de nuestro tiempo, pero que los escritores, y más los de la talla de Nancy Olivera, son cronistas que exceden el tiempo actual y que señalan las circunstancias que afectan a una época pero se proyectan al futuro.

Justamente ese el el logro de la escritora, quien se anima a los diálogos directos que denotan situaciones de bullying, violencia, abandono e invisibilidad, aspectos que pintan de cuerpo entero una sociedad en donde el individualismo prevalece.

Sería bueno clonar a esta autora para transformar positivamente a esa sociedad que mira a otro lado, pero también a todos aquellos que estuvieron en la mágica noche en la centenaria Biblioteca Bartolomé Mitre, que este año sopla las cien velitas.

Un banquete de la cultura

Eso es lo que vivieron los asistentes a la presentación del libro. La autora fue breve para aludir a la construcción de su obra. Destacó su participación en el Taller Repentista, dirigido por Inés Cortón, y también en los mundiales de escritura.

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Sostuvo que de allí surgieron los cuentos que integran el libro. Sin más vueltas la voz de la escritora lo inundó todo y serpenteó en el aire ante el silencio respetuoso del auditorio. Leyó primero el cuento “Fran Triste”, con una temática que afecta a los jóvenes.

En tanto que, luego, hizo lectura de “Bendita alcantarilla”, una especie de justicia literaria sobre los políticos corruptos. Ambos cuentos arrancaron encendidos aplausos por parte del auditorio. Merecidísimos, por cierto.

Talento y generosidad

Son otros atributos de Nancy Olivera, quien ante la presencia de los referentes del Grupo Amigos del Arte (Grada) -de Ledesma- Francisco Romano Pérez y Yedelmira Rosario Viltes, propuso la lectura de poemas por el Día Internacional de la Poesía.

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Tuve el placer de leer una composición de Romano Pérez, en la que se destaca su gran capacidad poética. En tanto que Viltes leyó su propia composición, la que denotó una sensibilidad extraordinaria, además de un exquisito manejo de la palabra.

La generosidad no se acabó allí, porque la autora procedió a obsequiar ejemplares entre representantes de diversas escuelas de la zona. El corazoncito docente hace este tipo de cosas y apoya con ello el sano hábito de la lectura.

La música y la danza

Por último, jóvenes de la zona, tocaron música folclórica y muchos de los presentes se lanzaron a los espacios en los que unos minutos antes habían estado las sillas. El amor por lo propio, lo que los identifica, afloró de manera natural.

Quien escribe esta nota se sintió pleno ante este tipo de manifestaciones y me dejé llevar por ese sentimiento para acompañar la alegría de tan mágica noche. Quienes estuvimos allí, salimos distintos, mejores, como los lectores que entren en el libro de la autora.

Ojalá el destino me lleve muchas veces a Ledesma y su gente talentosa. Y mejor si Nancy Olivera sigue publicando y presentando tan imprescindibles libros. Hasta pronto, mi querido Jujuy. Hasta siempre, mis queridos nuevos amigos escritores.

*Periodista, profesor de Letras e Historia y escritor.

 

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