El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se comunicó hoy con el presidente Mauricio Macri para que interceda ante la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) a fin de que se juegue el partido amistoso entre la selección nacional con la israelí, que fue suspendido en las últimas horas.

El llamado de Netanyahu al presidente Macri fue confirmado por el vocero presidencial Iván Pavlovsky, quien no brindó mayores precisiones sobre el diálogo que mantuvieron los mandatarios.

El partido estaba programado para el sábado 9 de junio a las 15.30 pero luego de los reclamos de manifestaciones de la causa palestina, los jugadores se inclinaron por no participar del amistoso previo al Mundial de Rusia.

En tanto, la Embajada de Israel en la Argentina lamentó, a través de un comunicado, la suspensión del partido entre los seleccionados de Israel y Argentina al señalar que “las amenazas y provocaciones dirigidas a Lionel Messi, que lógicamente suscitaron la solidaridad de sus pares y el temor a concretar el amistoso, no son ajenas a la cotidianidad de la población civil en Israel cuyos deportistas, sin ir más lejos, han sido en numerosas oportunidades objeto de violencia y atentados”.

La embajada destacó que “la amistad entre la República Argentina y el Estado de Israel, próxima a cumplir 70 años, no se dirime en un partido de fútbol. El país democrático y el público plural (compuesto por judíos, musulmanes y cristianos) espera siempre con ansías poder recibir a las principales figuras del deporte argentino”.

Lo que no se dijo es que el partido había sido pactado en principio, para ser disputado en la ciudad de Tel aviv, pero luego, hubo un movida política del gobierno loal para aprovechar la presencia de Messi y compañía para que parezca que Argentina apoya el traslado unilateral de la capital israelí hacia Jerusalem. Los israelíes trasladaron el juego a Jerusalém y eso molestó al pueblo palestino ya que sería como que Argentina estaría convalidando la apropiación de la ciudad. Hoy sólo media docena de países lo avala, de los más de 250 países que hay en el mundo. Argentina no debe entrar en el juego ni confrontar políticamente cn ninguno de los dos estados.

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