La divisa llegó a caer un peso en el arranque, para luego empezar a subir.

El mercado recibió al nuevo presidente del Banco Central, Luis Caputo, con el dólar en baja. Pero la caída inicial de casi un peso duró poco. Después de cerrar el jueves a $ 28,42, la divisa cayó por debajo de los $ 28 este viernes para luego, volver a los $ 28,50en el Banco Nación (que suele tener el precio más bajo). En el mercado mayorista, donde operan los bancos y las grandes empresas, la divisa avanzaba 6 centavos y cotizaba a $ 28,04.

El mercado esperaba las divisas de las cerealeras. Las empresas, que hace unos días dijeron que tenían US$ 4.000 millones para liquidar, hoy podrían vender en el mercado de cambios unos US$ 300 millones, según fuentes del sector.

El jueves, en el mercado minorista el dólar subió más del 6% y cerró $ 28,42. En el mayorista, quedó en $ 27,98. Así, desde que se levantó la semana pasada el techo que se había fijado en $ 25, el dólar subió casi 12%. Ya estaba en el mercado el rumor de que Federico Sturzenegger sería reemplazado al frente del Banco Central. Finalmente, la movida se conoció pasadas las 19. En su lugar asumió Caputo, que ya está armando su equipo.

Lo que el martes y miércoles fue un movimiento disruptivo del tipo de cambio, que llevó al BCRA a vender US$ 695 millones un día y US$ 99 millones para evitar una disparada del precio del dólar, el jueves ya no lo fue. Y por eso mismo, el Central no vendió un solo dólar en el mercado de contado ni hizo un solo contrato en el mercado de dólar futuro. Libertad absoluta para el dólar.

Así, con un volumen de operaciones de US$ 300 millones durante toda la rueda -cuando en los últimos días se venían registrando transacciones por un total de US$ 800 millones- , el tipo de cambio dio un salto impactante, impulsado por el agua de la flotación libre.

Aunque no intervino en el mercado cambiario, el BCRA siguió comprando Lebacs. Ayer, absorbió papeles por $ 9.000 millones, con lo que el vencimiento del próximo martes quedó en cerca de $ 514.000 millones.

En el organismo monetario se aferran al hecho de que el poco volumen operado podría considerarse un dato positivo. “Podría ser una señal de que la disparada -overshooting- estaría por tocar techo”, arriesgó un operador de cambio.

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