El “alperovichismo” no logra sumar candidatos

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Alperovichismo en baja | Desde que anunció que iba a ser candidato por fuera del Partido Justicialista, el senador José Alperovich se limitó a decir que su espacio está conformado por gente que no está identificada con la vieja política, pero hasta el momento no aparecen esos nombres.

Hasta ahora no liga nada

José Alperovich parece estar orejeando sus cartas de baja puntuación, mientras quiere poner cara de ganador y cantar truco. Eso sí, con mucha fuerza para que le crean que tiene naipes fuertes, aunque no haya ligado en esta mano electoral de 2019.

Desde que decidió saltar a la cancha, empujado por el apoteótico acto del Día de la Lealtad en el Hipódromo, el ex gobernador tucumano no ha ligado buenas cartas para el juego político.

Hasta el anuncio de su candidatura fue precipitado y obligado, según reconoció su prima y par en el Senado, Beatriz Mirkin, quien aseguró que el anuncio de la fórmula Manzur-Jaldo fue el detonante para que Alperovich blanqueara su plan B.

Negociar una candidatura

En realidad, el senador, con los números en la mano, quería negociar una candidatura a diputada nacional para su hija Sara y la continuidad en el Senado de la Nación para él, pero no obtuvo respuesta alguna del gobernador Juan Manzur.

Ante ese silencio de radio, -con Jaldo no se habla desde hace tiempo- los nervios comenzaron a comerle la cabeza y ya se sabe lo impulsivo que es y más cuando no tiene en sus manos las decisiones importantes.

Justamente la ratificación de la fórmula para el 2019 es lo que lo llevó a saltar el cerco y dejar el Partido Justicialista. Sin embargo, su prima Beatriz Mirkin está preocupada por lo que hará el PJ, en cuanto a una posible expulsión.

El caso de Germán Alfaro

En ese sentido, señaló el caso del intendente capitalino, Germán Alfaro, quien integra Cambiemos en la provincia, y además formó el Partido de la Justicia Social (PJS), sin que por ello haya sido desafiliado o expulsado del PJ.

En todo caso, a quien le hubiera correspondido avanzar en una iniciativa de ese tipo era a la presidente con licencia, Beatriz Rojkés. No lo hizo en su momento, ahora la conducción se encuentra en manos de Manzur.

En el PJ, la dirigencia hizo saber que no quiere a aquellos que se fueron del partido, como los del ex intendente capitalino, Domingo Amaya. Quizás haya sido una respuesta colectiva a las insistentes versiones en torno a su regreso a las filas del Justicialismo.

¿La nueva política?

Alperovich plantea, con una intención clara de diferenciarse, que “hay que terminar con la vieja política”, y señala que dará a conocer nuevos hombres y mujeres en su espacio, que le permitirán tener una propuesta que pueda seducir a los tucumanos.

Tal afirmación hizo suponer que buscaría personas en los ámbitos empresarial y deportivo. Sin embargo, hasta el momento todo ha sido “mucho ruido y pocas nueces”. También se queja de que el oficialismo no permite a los dirigentes justicialistas que lo reciban.

Según él, ni intendentes ni delegados comunales pueden oficiar de anfitriones en sus visitas. La acusación es infantil. Se trata de un senador de la Nación, y aunque haya sido poco afecto a hablar en el recinto puede visitar a quien quiera.

Ni una cara nueva

No sólo que no ha mostrado una sola cara nueva y que además sea de peso, sino que se sigue rodeando de los mismos personajes que supieron formar parte de su núcleo duro a lo largo de sus doce años de mandato omnipotente en la provincia.

Ese grupo nada tiene que ver con la “nueva política” que pregona el ex mandatario. Son más de lo mismo y acompañaron las decisiones que tenían que ver con la política de presionar con la “billetera”.

Es por ello que apeló a las redes sociales y a las publicidades en vía pública, para ver si se puede reciclar. No quiere ninguna puerta cerrada, ni siquiera la del PJ, en donde teme una expulsión. Alperovich orejea los naipes. No liga desde hace tiempo y tiene que gritar truco si quiere jugar…

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