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El asalto a un departamento en la esquina de 25 de Mayo y Marcos Paz, en pleno Barrio Norte de San Miguel de Tucumán, se ha convertido en tema de conversación entre vecinos y comerciantes de la zona.

El robo, ocurrido el pasado domingo, dejó a padre e hijo maniatados y aterrorizados tras ser amenazados con armas de fuego por cuatro delincuentes.

Hasta el momento, la Policía detuvo a dos sospechosos, identificó a otros dos y avanza en la investigación de un presunto entregador.

El violento episodio tuvo lugar en una de las áreas más concurridas de Barrio Norte.

Según las declaraciones de las víctimas, los asaltantes forzaron la puerta principal del departamento con una barreta modificada, ingresaron al lugar y los sometieron con armas de fuego.

Golpeados y atados

Los golpearon para evitar resistencia y los ataron con precintos antes de huir con pertenencias de valor.

“El edificio siempre está cerrado con llave, lo que hace pensar que alguien desde adentro pudo haber colaborado con ellos”, expresó María Marta González, vecina del lugar, reflejando una inquietud compartida entre los residentes.

Además, destacó que la zona estaba particularmente desierta ese domingo, con varios departamentos desocupados, lo que refuerza la teoría de que los delincuentes contaron con información precisa.

Las sospechas de un entregador ganaron fuerza tras los primeros avances en la investigación. Según fuentes policiales, los cuatro asaltantes parecían estar al tanto de la ubicación exacta del departamento y de la presencia de sus ocupantes.

Barreta para abrir puertas

En los operativos realizados, la Policía secuestró prendas de vestir que habrían sido utilizadas por los delincuentes, una barreta adaptada para abrir puertas cerradas, uniformes similares a los de las fuerzas de seguridad y una radio capaz de captar frecuencias policiales.

“Esto parece planificado al detalle. No se escuchó nada fuera de lo normal, lo que indica que sabían exactamente lo que hacían”, comentó Carlos Bassitas, un vecino que admitió haber replanteado las medidas de seguridad en su hogar tras el incidente.

El asalto generó preocupación entre los habitantes del barrio, que hasta ahora se sentían relativamente seguros al vivir en departamentos cerrados con llave. “Pensábamos que cerrar la puerta era suficiente, pero este caso te obliga a reconsiderar sistemas de alarma o reforzar las rejas”, dijo Bassitas.

Experimentados

La falta de testigos presenciales y el sigilo con el que actuaron los delincuentes refuerzan la idea de que la banda cuenta con experiencia en este tipo de delitos.

“Las personas que vivimos en propiedades horizontales nos sentimos vulnerables, especialmente en épocas en las que muchos están de vacaciones o fuera de sus hogares”, agregó González.

Mientras las investigaciones continúan, la Policía y la Justicia buscan esclarecer la participación del presunto entregador y dar con los otros dos sospechosos.

Las autoridades aseguran que este tipo de delitos no son comunes en la zona, pero el caso ha encendido las alarmas entre los residentes de Barrio Norte, quienes ahora exigen mayor vigilancia y medidas de seguridad.

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