De un Kung Fu de la política, una renuncia y el teléfono rojo para no quedar afuera

-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace vestido de Kung Fu y haciendo esas elásticas figuras? ¿Acaso se está por dedicar al milenario arte de la defensa y el ataque?
-No, mi pequeño saltamontes. Simplemente estoy por hacer lo que hago siempre en el bar.
-¿Qué cosa?
-Contarle un chisme de la política ¿qué más?
-Claro, pero también me hace pagarle las cuentas y mirar a las chicas lindas que pasan…
-No se haga la humilde uncaca que usted es una terrible yarará.
-Bueno, mejor lo dejemos ahí. ¿Algún político se está por dedicar a las artes marciales?
-Que yo sepa no, pero hay indicios de que un referente y su espacio se están quedando más solos que Kung Fu.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Y de quién se trata?
-Del nuevo “Loco Monedita”.
-¿En qué nota su soledad?
-En que la hizo a su mujer renunciar al bloque oficialista en el que estaba.
-Sí, lo vi en los informativos. ¿A qué bloque se fue ella?
-No se fue a ningún bloque, armó un bloque unipersonal en donde está ella sola.
-Me imagino entonces que discutirá sus proyectos con ella misma ante el espejo.
-No se haga el vivo, esto no tiene nada que ver con las propuestas que presenta en la Cámara Baja del Congreso.
-¿Con qué tiene que ver entonces?
-Con la necesidad que tiene de negociar los votos que pueda aportar a las iniciativas del oficialismo.
-¿Cómo? ¿Buscan tutuca?
-Más bien elementos de presión para que su mujer no quede afuera.
-¿De dónde?
-De la lista oficial de candidatos en las legislativas del año próximo.
-¿No me dijo usted que les dirán que vayan por fuera del PJ?
-Justamente, quieren presionar en Buenos Aires, para que funcione el teléfono rojo y ella caiga como paracaidista en la lista.
-¿Los peronistas la dejarán entrar?
-Como dicen ustedes los tucumanos: vo vé.
-Se merece un cafecito.
-Ya pedí una pizza y una birra a su nombre.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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