De “Niñitos Dios” de la política comarcana y de las verdaderas proyecciones de cara a 2023

—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con esa imagen del Niño Dios? ¿Acaso no sabe que se lo pone en el pesebre el 24 a la noche?
—¡Claro que lo sé!
—¿Y entonces?
—Le estoy por contar cómo viene la mano con la política comarcana.
—¿Cómo viene?
—Mire, algunos políticos quieren parecerse al Niño Dios acostado en el pesebre.
—¿Tan buenitos?
—Sipi.
—¿Y para qué?
—Para disimular sus verdaderos deseos de cara al 2023.
—¿Cómo? ¿Ya quieren escribir la cartita para el 2023?
—Sipi.
—¿Y qué piden?
—Algunos no dejan de lado el sueño de la Gobernación.
—Pero quiénes, dé nombres por favor, Eduard que ya comienzo a impacientarme…
—¡Tranquilo! No se inquiete demasiado que no va a escuchar los pitos de Navidad.
—Hablando de pitos, le cuento que me estoy sumando a una campaña contra la pirotecnia ruidosa.
—¿Dónde hay que firmar?
—En ningún lado, basta con que difunda la necesidad de pasar unas fiestas sin esos molestos ruidos que afectan a mucha gente y a las mascotas.
—Lo haré desde esta mesa de bar.
—Bueno, pero no se me lo vaya del tema y dígame quiénes son los soñadores frustrados.
—¿Acaso me vio cara de buchón? No me conteste…
—¿Y?
—Mire, soy enemigo de mandar al frente, pero uno de ellos está llorando desde antes de la asunción de Jaldo, como si le hubiese caído una gota de limón en el ojo…
—¿El de la tortuga?
—Usted lo dijo y la gente ya lo sacó al toque.
—¿Y eso será posible?
—Ellos sueñan con que Juan los financie directamente desde la Nación, pero a él no le conviene dividir, y más si tiene la posibilidad de integrar la fórmula.
—¿Usted cree?
—Sipi.
—¿En serio?
—Acá tienen que llegar al 2023 unidos o dominados.
—Muy buen análisis, Eduard. Se merece una sidrita que mandé a enfriar.
—Le acepto, pero ¿no me hará mal?
—¿Qué cosa?
—Tomar con el estómago vacío. Pediremos algo a su cuenta para picar.
—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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