De los festejos del Bicentenario, los acercamientos y las ausencias

-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace lleno de serpentinas, banderas, escarapelas? ¿Acaso chocó con un puesto ambulante de los que hubo en el Bicentenario?
-No, mi estimado, usted sabe que soy muy prudente para manejar mi “escarabajo” del 69.
-Eso sí, salvo cuando se queda sin frenos, como nos pasó el otro día en San Javier.
-No me haga acordar, menos mal que sé manejarme con el freno a motor.
-Bueno, pero cuénteme: ¿qué le pasó?
-Participé de la casi totalidad de los actos del Bicentenario.
-¿Cómo hizo? ¡Era imposible!
-Estuve en todos los acontecimientos grandes.
-¿Qué es lo que le llamó la atención?
-Creo que hubo un clima de acercamiento más profundo.
-¿Entre quiénes?
-Entre el Gobierno provincial y la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
-¿En serio?
-Sipi. Germán tuvo el gran gesto de que Juan participe del acto de inauguración del monumento del Bicentenario.
-Ví que tiró un diploma en una pecera de vidrio.
-¡¡¡No sea zopenco!!! Ese no era un diploma, sino un mensaje; y esa no era una pecera, sino la cápsula del tiempo, que se abrirá en 2116.
-¿Pasarán cien años?
-Sipi.
-Pero nosotros ya no estaremos…
-Usted no estará.
-Pero, cómo hará, Eduard…
-Me quedaré en el corazón de los tucumanos para siempre.
-Uyyy, ¿quiere que le pague el desayuno? Me parece que está hablando de hambre.
-Sipi, café con leche, medialunas saladas con jamón y queso, jugo de naranja, ensalada de frutas, yogurt y un vaso grande con soda…
-¡Es mucho para lo poco que me contó!
-Me faltó contarle sobre las ausencias.
-Largue que ya me endeudé con el desayuno.
-Además de usted, hubo una ausencia notoria.
-¿Quién pegó el faltazo?
-El ex número uno de la provincia.
-¿José?
-Sipi, además de Bety, Sarita y familia.
-¿Por qué faltaron?
-Miedo al escrache amigo, miedo al escrache…

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